Capitulo V

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Sonando ambas alarmas, intentando despertar, somnolienta Olivia apaga ambos celulares, tocando el otro lado de la cama, no siente a Elliot, se levanta con la camisa entre cerrada y cuando llega a la cocina, lo ve a él, preparando café con una expertis única, conocía cada cosa de él, pero solo dentro de una oficina, fuera de ella nunca lo vio más allá que su compañero de trabajo, se queda unos minutos mirándolo, hasta que el gira y la ve con su sonrisa preciosa, él se acerca y la besa!

Olivia: Buenos días, tus besos saben a café!

Elliot: y los tuyos saben a gloria mi amor! Ven tengo café y donas!

Olivia: Elliot que rico...

Elliot: Elliot, me vas a llamar Elliot, si quieres me puedes decir Stabler!

Olivia: AJAJJA... (Mirándolo fijamente) Anoche no decías lo mismo, cuando te decía en el oído ¡sigue así Stabler, quiero más!

Elliot: En la cama, me gustas Liv, eres ardiente y mandona! (rodeando el mesón de la cocina, para quedar en la espalda de Olivia) me encantas (besando su cuello) y no entiendo como demore un año en tenerte así, pero si continuamos vamos a llegar tarde!

Olivia: Si te detienes te mato! (Besándolo con pasión)

La música de sus alarmas llegan hasta ellos, pero solo piensan en disfrutar en ese instante, ella está siendo saciada una y otra vez con vigor por el hombre que más desea en el mundo, y le encanta. Sus fuertes manos la tienen cogida por la cintura, la maneja, y ella, dichosa del momento, se deja manejar. Elliot la oprime una y otra vez contra él mientras aprieta los dientes y oye cómo el aire escapa a través de éstos. Su cuerpo se abre para recibirlo y jadea, dispuesta a abrirse más y más para él, de pronto, la levanta entre sus brazos y la apoya contra la pared.


Olivia: ¡Oh, Dios, sí!

Sus penetraciones se hacen cada vez más intensas. Más posesivas. Uno..., dos...,

tres..., siete..., ocho..., nueve... embestidas, y ambos gimen de placer.

Sus manos la sujetan, le aprietan el trasero, la inmoviliza contra la pared y sólo puede recibir gustosa una y otra vez su maravilloso y demoledor ataque. Éste es Elliot. Ésta es la manera que comienzan a descubrir.

Olivia: Stabler no pares...no pares! El calor sube por su estómago, su corazón palpita con fuerza, apenas respira... cuando siente que el clímax asolador está a punto de hacerla gritar. Elliot la siente, así que comienza un bandoleo mucho más rápido y dice entre dientes, -Juntos Liv, juntos. mira y sonríe. Olivia contiene su grito y en un susurro como puede le dice:

Olivia: Ahora..., Stabler..., dame más fuerte ahora!

Elliot intensifica sus acometidas, sabedor de cómo hacerlo. Se hunde hasta el fondo en ella mientras la ve como disfruta y explota de exaltación. Elliot le da lo que le pide. Es su dueño, su amor. En este momento solo existen ellos dos, nadie más, quitando la pausa de los años sin verse, de los años que anhelaban estar juntos, cuando el calor entre los dos parece que los va a carbonizar, se oye salir de sus gargantas un grito de liberación que acallan con un beso. Instantes después, Elliot se arquea sobre Liv y ella lo aprieta contra su cuerpo, decidida a que no salga de ella en todo el día.

Cuando los estremecimientos del maravilloso orgasmo comienzan a desaparecer, se miran a los ojos y él murmura.

Elliot: No puedo vivir sin ti. ¿Qué me has hecho?

Eso hace sonreír tremendamente a Liv y tras darle un candoroso beso en los labios, responde:

Olivia: Te he hecho lo mismo que tú a mí. ¡Enamorarte con mucho sexo!

Olivia y Elliot (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora