UNICO

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JeonGguk sonríe, no es una sonrisa forzada, es anhelante, la mirada se le ilumina cuando la sonrisa amplia se le forma en los labios al hombre frente a él.

—Mi JeonGgukie, estoy muy feliz por ti. Sé que nunca vas a decepcionarme, hijo. Estoy orgulloso de ti y de lo valiente que eres—Los regordetes dedos del hombre se posan en la barbilla del omega, observando la delicadeza del rostro de su hijo, el sutil maquillaje le hace resaltar esas bonitas facciones.

Y hay un nudo formándose en la garganta del menor, un malestar en su pecho y estómago. Tal vez sus ojos se cristalizan por miedo, pena y arrepentimiento, pero sabe disfrazarlo bien: Todo omega llora en su boda, ¿no es así?

—Gracias padre—Su tono de voz es el usual, ese suave y tranquilo y educado timbre.

—Hiciste lo correcto—Le recuerda, tomando ambas manos con las propias y proporcionándole un apretón, que bien podría ser de consuelo o de simple presión; un "No hay vuelta atrás" dicho en contacto y miradas.

Porque no hay vuelta atrás, ¿verdad?
El evento está  montado ya, los invitados están por llegar, él está totalmente listo y su prometido incluso le ha escrito un cordial mensaje en donde le admite lo muy ansioso que está por su unión y le confirma que los últimos detalles han sido arreglados.

Aunque no es una boda común, se arreglaron las cosas para hacer primero el festejo y fiesta, donde dicen adiós a su "Noviazgo" y, a la media noche, unirse en matrimonio. Es una tradición poco conocida por ser relativamente nueva, pero aún así llama la atención de ciertas personas y toman esta nueva forma de unión con ilusión y confianza.

Tal vez así JeonGguk tendría valor de aceptar la unión sin lágrimas ni dudas de por medio.
(...)
Probablemente está exhausto de tantas felicitaciones y saludos, aún así la sonrisa y la amabilidad no se le van. Hay personas que ni siquiera conoce, pero que aún así se acercan a él y por supuesto su cordialidad inculcada le da facilidad para no estar incómodo entre tantas sonrisas forzadas y palmadas sin significado.

Mira alrededor, y se encuentra con aquellos ojos que ha estado evitando durante las dos horas que lleva ahí. Esta vez su prometido no está para tomarlo como excusa, le mira por más tiempo del que debería y su corazón se rompe al ver aquellos orbes tan tristes y apagados.

Su alfa...

Kim TaeHyung es testigo de cómo la mirada de Jeon JeonGguk se apaga y de cómo su sonrisa se desvanece por primera vez en toda la noche, da un par de pasos hacia adelante, están bastante lejos, así que es nada lo que avanza, pero aún así el omega retrocede la misma cantidad de pasos, negando débilmente, tan débil como su ánimo y fortaleza en ese momento.

—No, Tae—Es entre labios, pero el castaño lo capta bien.

Kim atrapa su labio inferior entre sus dientes cuando el menor parece entrar en una especie de pánico y se marcha a -por lo que sabe- los baños del lugar, y lo lamenta porque se imagina lo pésimo que debe estarla pasándola el omega. Porque está aceptando un matrimonio que no quiere, porque es lo mejor para su familia, porque es lo que su padre le ha dicho que tiene qué hacer, porque es un buen omega, y sobre todo un excelente hijo; uno que no decepciona, que obedece y que comprende.

TaeHyung ni siquiera lo piensa, sus pies automáticamente siguien el camino que ha recorrido el omega, entra a los baños pertenecientes a la casta de su destinado y le mira desde la puerta, misma que utiliza para recargar su espalda.

JeonGguk se percata de su presencia pues logra ver lo que sucede a sus espaldas gracias al espejo frente a él. Agradece que los baños estén vacíos, porque sabe que a Kim TaeHyung no le importaría que alguien se enterara de su situación.

El último plan[Tk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora