Lo veía cargar ese pesado saco siempre al amanecer, admiraba su esfuerzo, su edad no daba para tanto.
Hoy se le notaba mas cansado que nunca, entonces me acerque para ayudarlo, hasta que vi una mano ensangretada que colgaba de su costal.
El Costal
Lo veía cargar ese pesado saco siempre al amanecer, admiraba su esfuerzo, su edad no daba para tanto.
Hoy se le notaba mas cansado que nunca, entonces me acerque para ayudarlo, hasta que vi una mano ensangretada que colgaba de su costal.