CAPÍTULO 1

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Aitana

—Entonces lo que me estas tratando de decir es que me tengo que Casarme con alguien que no conozco?—Suelto confundida

—A lo que mi padre asiente—Esto no será más que un matrimonio arreglado netamente de negocios—Hago una mueca al escucharlo

—Y eso en qué me beneficia

—Eso Aitana nos posicionaría en la punta de la pirámide seríamos los socios mayoritarios de los Moretti, el 50% de lo ingresos serían nuestros—Ahí está el frío y calculador empresario franco Bellucci

—Y supongo que no es una propuesta lo que me estás haciendo—Adivino— Si no una Jodida orden

—Suelta una suave pero tenebrosa risa que hace eco en su despacho—No lo veas de ese modo Dolly, con este nuevo ingreso de dinero podríamos seguir pagando tus jodidos estudios—Dice serio

—Por qué no mejor les ofreces a Tiffany?—Inquiero viendo como esboza una sonrisa irónica

—Tiffany ya tiene 38 años Aitana—La seriedad toma su rostro—El muchacho quería carne fresca y yo tenía para ofrecerle y lo hice—Dice con burla en su voz

—Maldito—Siseo viéndolo con asco—Pero recuerda Papi  que tenemos un trato—Veo la perversión en sus ojos cuando por fin se digna a mirarme— y Tic...Tac...tic...tac, ya casi cumplo la edad estimada para librarme de ti

—Oh Dolly, a veces eres tan ingenua—Maldito—Y como hija mía deberías saber que Franco Bellucci nunca juega limpio.

—Hace unos días hable con el abogado de la familia, y llegamos al acuerdo de que no serías libre hasta los 25—No me contengo camino a pasos decididos hacia él, lo único que me separa de él es su maldito escritorio no lo pienso dos veces le atino a dar una cachetada que le voltea el rostro y le hace sangrar la nariz.

—Posiblemente el me la devuelva peor pero no me arrepiento ya estoy harta de que el decida hasta cuantos amigos puedo y no puedo tener.

—Pasa su mano por el lugar en donde deje mi mano marcada, Ni Siquiera me mira—Algún día papá, voy a salir de todo y te veré rogando por mi perdón, es ahí cuando haré que alguien te clave una jodida bala entre ceja y ceja, no lo haré yo porque no pienso llenarme las manos con tu sucia sangre.—Me alejo tan rápidamente como puedo hasta la puerta

—¡WALTER!—grita llamando a su hombre de seguridad, a lo que este no tarda en aparecer haciéndome mover de mi lugar delante de la puerta, también haciéndome saber lo que me espera.

—Dígame mi señor—Dice con la cabeza al frente pero sin mirarlo. Aquí mi padre les impuso esa orden a todos los hombres de seguridad de la casa no son merecedores de mirarlo o bueno eso les dice

—Sácame a esta bastarda de aquí—Me señala como si fuera la peor escoria de este mundo

—¿A dónde la llevo señor?—Veo a mi padre esbozar una sonrisa macabra y ya sé lo que me espera.

—A las cavernas—Siento mis ojos cristalizarse pero me repongo cuando posa su mirada en mi — llévala con aldor.

—Algo que acotar a la conversación antes de irte Aitana?—Me mira con malicia

—Niego con la cabeza, me reservo lo que pienso para no ganarme otro castigo que me deje el cuerpo lleno de moretones y adolorido.

—Dicho esto Walter me toma de la mano sacándome a rastras del despacho, conduciendo hasta la salida en donde me abre la puerta de la camioneta blindada y lo escucho avisarle a los demás sobre la salida

—Se sube al auto con mi mirada encima, y yo por mientras me dedico a alisar las arrugas inexistentes de mi falda de tubo—Que cagada hiciste ahora Aitana?—Rompe el silencio, subo mi mirada para verlo a través del espejo retrovisor.

—Veo el lindo azul de sus ojos, suelto un suspiro antes de responder—Solo defendí mis derechos—Susurro apartando mi mirada al ver la suya transmitir lástima, no me gusta que me vean con lástima.

—Veo por la ventana imaginando mi vida si hubiera nacido en una familia distinta. Así es mi vida una mierda. Y disculpen mis malos modales me presento. Soy Aitana Belluci tengo 21 años, soy hija de Franco Bellucci primogénita de Marta Bellucci una mujer sumisa en todo el sentido de la palabra nunca en su vida a movido un dedo de su siempre perfecta manicura para ayudarme ni ella, ni mis hermanos ni Tiffany, pero también es una renombrada diseñadora de modas. Hermana de los dueños de la cadena hotelera más influyente del País

—Me tomó unos minutos para pensar en lo jodida que esta mi vida, pasó las manos por mi cabello estresado, yo nunca pensé que a mis 21 mi vida estaría tan controlada lo peor es que ni que opinar al respecto. Desde que tengo memoria mi vida ha sido controlada, no puedo un días simplemente ir a beber con mis amigos emborracharme y cagarla, no yo hago eso y Franco me crucificado viva. Y nadie hará nada para detener porque eso no vale para ellos nada.

—A Veces me gusta hacerme a la idea de que soy adoptada ya que ni siquiera nos parecemos porque mientras que yo tengo una hermosa cabellera rubia, ojos azules nariz perfilada, labios carnosos, cuerpo esculpido,en pocas palabras soy una diosa o bueno eso siempre me han dicho y yo decidí creérmelo. Entonces prosigamos. Todo ellos son pelinegros de ojos marrones y facciones gruesas nada parecidos a mi o yo a ellos raro no?

—Siento a Walter frenar el auto,lo que me hace despabilar, deteniéndose frente al peor lugar que existe, las malditas cavernas, bajo del auto con nerviosismo, con Walter pisandome los talones, El hombre de seguridad que custodia la puerta es el que nos da el paso a adentrarnos a donde me espera aldor con una maldita sonrisa.

—Cómo estás Principessa?—tiemblo al escucharlo, es tanto así que ni siquiera tengo el valor de mirarlo al parecer espera que lo haga pero al no ver indicios veo sus zapatos cuando se acerca hasta mí tomándome de cara obligándome a mirarlo—Déjame ver esos hermosos ojos azules Diosa mía


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Espero les haya gustado y si es así háganmelo saber en comentarios nos leemos mañana

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IMPERIO EN RUINAS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora