Cap:16

622 58 15
                                    

4/7

Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido por algodón de azúcar y Valeria se había quedado a cuidar el puesto. El parque de diversiones era magnifico. Todas parecían estar pasándolo bien, a excepción de Valeria, que llevaba todos estos últimos días deprimida.

Aun recordaba el rostro de Yuri, tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Valeria. La castaña se arrepentía mucho.

Lo peor de todo es que después de aquella pelea se había encontrado con la peli negra. Al igual que otra veces, la había fastidiado con sus amigas, sólo que había algo diferente. Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad observar sus ojos fijamente, Yuri siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.

Ya comenzaba a desesperarse, porque Valeria quería ver ese color negro que le quitaban el aliento. Se sentía cómo una necesidad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma. No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la peli negra : querer besarla.

La quería besar y eso la asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía.

Observaba el rostro de Yuri y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Valeria solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarla hasta que le dolieran sus propios labios.

Suspiró ¿Qué putas le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal, el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Más si no era su amiga, más bien lo contrario. Era la chica que le hacia la vida imposible y allí estaba Valeria, suspirando por la peli negra

Cada vez... cada vez más las palabras de  Valeria hacían eco en su mente "¿No será que estás enamorada de mi?" Y en verdad, Valeria intentaba convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.

-¿Valeria, estás bien?- preguntó majo, acercándose a su amiga.

Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en unos juegos.

-Si, claro- mintió bien mal, sabia con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.

-¿Quieren ir a las tazas giratorias?- preguntó Juha al llegar, habían rastros de azúcar en sus labios.

Será divertido, vamos!- animó majo, jalando a Valeria y a Sofía de las manos, hasta llegar a la atracción y se montarse en ella.

Estaban bajándose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía la realidad despotricara sobre la suerte de Valeria. Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Yuri, igual de hermosa que siempre.

Llevaba un vestido negro y un gancho en su cabello, reía mientras iba de la mano con Manuel y entrelazaba su brazo con el de Fernanda. Quería besarla, quería besarla, que la tierra se tragara a Manuel. Esa era una gran idea rondando en su cabeza. Soltó un gran suspiro y tomó a majo de la mano, quería alejarse de ellos a como diera lugar.

-majo, ¿quieres ir a la montaña rusa?- preguntó con una sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.

Claro!-

-Vamos todas- dijo alegremente Sofía y las cuatro se  fueron a la atracción, dejando a los otros atrás.

Valeria logró respirar tranquila por unos segundos, eso hasta que fueron a comprar palomitas de maíz y casualmente allí estaba Yuri. Tenía que ser una cruel broma de la escritora, ¿no? De inmediato los ojos de Yuri la vieron, pero apartó la mirada, sin dejar a Valeria ver sus ojos negros por más de un segundo. Bufó irritada y se río un poco, al ver cómo Joha intentaba darle de comer palomitas, lanzándoselas, pero estas chocaban en su nariz.

Pero ella sólo podía observar a Yuri. La peli negra sonreía mientras lamia un helado de fresa era su favorito porque ya la había visto comerlo varias veces, así de acosadora era más el estómago se le revolvía al verla dandole besos a su novio. Parecía querer tragárselo con el helado ya Valeria casi le entraron arcadas.

Ella quería besarla, besarla y borrar el sabor de ese idiota de los labios de Yuri. Le dolía el pecho, a horrores, sentía una fuerte opresión en el corazón y otra vez los ojos le ardían.

"Mierda, mierda, mierda", maldecía una y otra vez. Sus manos temblaban e intentó ignorar la escena que se desarrollaba frente a ella.

Habló un rato con sus amigas, charlaban de cualquier cosa pero cada tanto volteaba a ver a Daniela, la castaña ahora estaba sentada en el regazo de Samuel mientras el chico le besaba el cuello. Dolor, dolor y enojo. También odio hacia el chico, pero más que todo, enojo contra Yuri. No sabia por que se sentía así, tan mierda. Todo le dolía, era horroroso y ella no encontraba explicación de su comportamiento. Se levantó bruscamente de la silla, sus amigas la observaron preocupadas, Valeria llevaba toda la semana rara y parecía que está noche estaba peor que nunca.

-¿Está todo bien, Valeria?- preguntó Sofía, claramente preocupada por su mejor amiga e intentó tocarle el hombro, pero Valeria se apartó delicadamente. Mostró una sonrisa forzada, pero no podía engañar ni a un ciego.

-Claro, sólo.... sólo necesito ir al baño- dijo observando con suplica a sus amigas, para que la dejaran marcharse sin pedir explicaciones.

-Bueno, si tardas mucho pensaremos que el inodoro te tragó- intentó bromear Johay recibió una débil sonrisa de su amiga.

Valeria caminaba rápido, intentando alejarse de la asquerosa pareja que había en la mesa cercana a ella. Fue hasta detrás de unas carpas de franjas rojas y no se había dado cuenta, pero apretaba los puños tan fuertemente que sus nudillos estaban blancos. El dolor seguía, le encogía el corazón, y ahora no sabía que hacer. Comenzó a pensar en los ojos negros, en su risa, sus labios. Oh, mierda. Ahora sentía sus mejillas húmedas y al abrir los ojos vio cuál era la razón, estaba llorando.

-¿Qué...?¿Por qué yo... ?- intentó explicarse así misma mientras secaba sus lágrimas con el dorso de la mano, se sentía muy ridícula.

¿Por qué lloraba? ¿Qué era esté dolor? Ella nunca lloraba, llevaba años sin hacerlo y esperaba que así hubiera quedado,.

Llorar apestaba, de seguro le iba a doler la cabeza y lo peor era que no sabía por que lloraba.

Todo era culpa de Yurielkys ojeda. Ella era quién la hacía confundir, querer besarla, matarla, darle un golpe, abrazarla hasta romperle los brazos y besarle todo el rostro. Todo a la misma vez. Todo por culpa de esa maldita peli negra de la cual estaba jodidamente enamorada. Valeria ha experimentado una revelación Abrió los ojos, sorprendida. No. Mierda. No podía, no podía, o ya lo estaba, era tarde, eran dos años tarde, se había jodido.

-No...- murmuró entre dientes mientras ahora las lágrimas calientes caían con más intensidad

-¿Era por eso? ¿En serio? ¿Al final, ella tenía razón?-

Se preguntó así misma. Al parecer, Yuri siempre iba un paso más adelante que ella.

Tenía razón, Valeria estaba celosa (Eso sería poco, estaba muerta de celos) cada vez que la veía besar a Manuel.

Siempre la miraba todo el tiempo porque la ama, sus ojos la volvían loca sólo porque la amaba, sus palabras siempre le dolían el doble porque la amaba tanto, que los insultos de Yuri la herían profundamente y siempre la encontraba increíblemente atractiva Bueno en realidad mucha gente la ve atractiva, pero Poché la veía como una diosa romana todo porque estaba enamorada de ella.

Se dejó caer en la grama y rodeó sus rodillas con los brazos, los jean y las mangas de su camiseta se estaban mojando por el rocío del césped.

¿Desde hacía cuánto? ¿Cuándo fue a pasar de detestarla a amarla?

Conclusión: ella nunca la odió, ella odiaba estar tan colada  por Yuri. Por eso en primer año creía detestarla, pero en realidad era todo lo contrario. Duró una hora llorando todo lo que no había llorado durante dos años, desde que conocía Yuri. Lloraba por haber sufrido, lloraba porque ella tuviera novio y por lo que más lloraba, era porque Yuri no sentía absolutamente nada por Valeria, que no fuera desprecio y odio.

A Valeria nunca en su vida se le ocurriría decirle, además, seguro sacaría provecho y se burlaría de ella el resto de los dos años que le quedaban.

Definitivo, amar era una mierda y la castaña ya estaba clara de eso.

Rivales-adaptación-(Yuleria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora