La guerra

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Bilbo se despertó al sentir la briza fría de la mañana, tomo la cobija para taparse pero sintió la cama vacía, se dio la vuelta y no estaba Thorin, se levanto rápidamente buscando su abrigo, lo vio en el piso, lo tomo rápido y busco las joyas, ambas estaban en su lugar, suspiro aliviado, aun le dolía el cuerpo pero tenia que saber que estaba pasando, mas considerando que la guerra estaba cerca, fue buscando a los enanos, hasta que escuchaba cosas de metal moverse y vio las antorchas encendidas, se acerco al lugar y tímidamente se asomo, vio a los enanos y Thorin parado en el pasillo como si estuviera esperando su presencia.

-Señor Bolson, ven aquí.-Demando el rey, Bilbo sin estar seguro empezó a acercarse, de nuevo volvía hacer el rey bajo la montaña y no escudo de roble, Thorin se acerco al hobbit con una cota.- Necesitaras esto, póntelo.- Bilbo sin decir nada se quito el abrigo.- Esta cota esta echa de acero plateado.- Levanto la prenda.- Mithril, fue creado por mis antepasados.- Bilbo empezó a ponérsela.-No hay espada que lo traspase.- Aseguro y Bilbo ya tenia la prenda puesta, se sintió extraño, de nuevo lo que había pasado parecía mas un sueño y no entendía los comportamientos de Thorin, sintió la mirada de todos y se inquieto.

-Me veo absurdo, no soy guerreo, soy hobbit.-Aseguro, no quería participar en aquella absurdez.

 -Es un obsequio.- Dijo Thorin viendo al castaño a los ojos.- Muestra de nuestra amistad.- Sonrió, al escuchar eso Bilbo hizo una media sonrisa, ¿Que era esto? ¿Amistad? Si apenas hace unas horas le había dicho que lo amaba, de alguna manera se sentía usado, se escucharon las risas de los demás y la mirada del enano se ensombreció.- Es difícil encontrar amigos.- El hobbit seguía confundido y de repente Thorin lo tomo por la cota y lo aparto del lugar asustándolo, no soportaría algo igual a lo de la noche anterior.- Yo estaba ciego, pero ahora veo todo.- Su voz había cambiado ya no era la apacible de hace unos momentos.- Sufrí una traición.-Aseguro y se detuvieron a pocos metros de los demás, Bilbo se puso nervioso.

-¿Como que traición?.- Pregunto intentando mantener la calma.

-La piedra del arca.- Escupió esas palabras con enojo y frustración, Bilbo sentía como el corazón se le acelero ¿Lo había descubierto? no, si la hubiera encontrado la noche anterior no dudaba que lo hubiera matado mientras dormía, no le hubiera dado a Mithril, se quedo en espera, a la expectativa de lo que le diría pero sintiendo la soga en el cuello, Thorin se le acerco y se sintió intimidado.- La tomo alguno de ellos.- Bilbo lo miro incrédulo pero sintió alivio.- Uno debe ser muy falso.-Aseguro pero no podía permitir que le llamara a su compañía traidores cuando lo habían acompañado a recuperar su hogar y era él quien había echo que se les pusiera en duda su lealtad.

-Thorin...La tarea esta completada, ganaste la montaña ¿No es suficiente?.-Intentaba que sus emociones y que sus sentimientos no le ganaran.

-Fui traicionado por mi gente.-Aseguro.

-No, tu... hiciste una promesa... a las personas de la ciudad ¿ese tesoro realmente vale mas que tu honor?.-Thorin lo volteo a ver al escuchar que hablaba del oro.-Nuestro honor Thorin también estuve hay, di mi palabra.

-Pues eso lo valoro.- Le sonrió.- Fue noble hacerlo pero.- De nuevo se le ensombrecía la mirada.- El tesoro de esta montaña no le pertenece a los habitantes de la ciudad del lago... este oro es nuestro... y solo nuestro.- Empezó a retroceder.- Por mi vida...-Los demás empezaron a marchar con sus armaduras, separándolos.- Que nunca compartiré nada de ese tesoro...- Bilbo lo miraba preocupado, incrédulo, al verlo y escucharlo solo podía pensar en el dragón, como si se hubiera apoderado del enano.- Ni una moneda si quiera.- Fue cuando Bilbo reafirmo su decisión del día anterior.

Esa noche se escabullo por los pasillos del reino y salio del lugar con ayuda de una cuerda, solo podía pensar en sus amigos, en Thorin, no quería que algo les pasara, apresuro el paso hasta llegar a las ruinas de la vieja ciudad cerca de la montaña, vio a Gandalf  y a Bardo, no pudo evitar escuchar la conversación y sabia que tenia que decirles, fue llevado ante el rey Thranduil, que para su sorpresa lo reconoció y pidió disculpas por haber hurtado las llaves, al parecer era lo único que sabia que había echo y lo agradeció profundamente, dejando eso de lado se acerco a la mesa y les enseño la piedra del arca, todos se mostraron asombrados por tener tal objeto de semejante valor ante ellos, Bardo no pudo evitarlo y pregunto por que se las entregaba si su lealtad no estaba con ellos.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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