7. Conversación

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Marinette

Estoy muerta.

—Andando Marinette.

NO

—En realidad, Adrien, no me apetece estar aquí. ¿Te importaría llevarme a otro lugar?

—¿Por qué? Ya estamos aquí, y no tengo ganas de moverme ahora.

—Por favor...

—Marinette, si estás intentando evitar nuestra conversación, no lo lograrás. ¿Qué pasa?

Ya me estoy desesperando

—Te contaré todo, te lo juro, pero no aquí. Tenemos que irnos.—Dije mirándo hacia donde esos tipos otra vez.

—¿Por qué no podemos quedarnos? ¿Qué es tan grave?

—¡Por favor, Adrien! Te contaré, pero en otro lugar. Donde no haya gente.—Dije desesperada

—De acuerdo. Vamos a mi departamento.—Dijo volviendo a su lado del auto

—¿Tu departamento?—Dije sorprendida

—Sí, Marinette, mi departamento. Sube al auto ahora, o nos quedaremos aquí.

—S-si, vamos...—Subi rápidamente al auto de Adrien.

Me coloqué el cinturón, observando a esos hombres.

Respire aliviada al darme cuenta de que no me habían visto. Vi como los hombres del batman se reían mirando por las ventanas de ese local...

Seguramente otras pobres víctimas de ese monstruo...

Al parecer Adrien noto mi preocupación y me hizo voltear a verlo.

—¿Estás bien, Marinette?—Dijo con algo de preocupación en su voz—¿Por qué no quisiste entrar al café?

—Solo prefiero un lugar más privado para hablar sobre esto... Es todo.—Respondi forzando una sonrisa—Y ahí había mucha gente...

—Es verdad...—Encendió su auto—El departamento está cerca, así que no nos tardaremos.

Ninguno de los dos dijo nada durante el camino.

Al llegar al departamento, intente disimular lo más que pude mi nerviosismo mientras Adrien abria la puerta.

¿Qué le voy a decir?

¿Realmente le diré la verdad?

No puedo hacer eso.

Ambos entramos al departamento, y yo mantuve mi nerviosismo oculto, mientras pensaba en que le podría decir a Adrien

El ambiente es tenso. Vi como Adrien iba hacia una habitación y luego volvía hacia mi, con un vaso de jugo.

—Toma, es para ti.—Me entrego el vaso con jugo y se sentó en el sofá—Siéntate Marinette.

—Gracias...

Respira Marinette, respira, todo estará bien

—Relájate. Puedes contarme todo. No tienes por qué temer, sabes que lo único que quiero es ayudarte...

Me acomode en el sofá y trate de encontrar las palabras adecuadas.

Estuve durante unos segundos callada jugando con mis dedos.

Si te quedas más tiempo callada va a ser sospechoso.

Respire profundo y empece a hablar.

—Bueno...todo comenzó porque... porque con mi familia nos vimos atrapados en las deudas. Necesitabamos dinero desesperadamente, y... bueno ellos tienen una panadería... todo empezó cuando la panadería de mis padres enfrentó problemas financieros. Me sentí responsable y, desesperada, no sabía qué hacer para ayudarlos, quise conseguir un trabajo para ayudarlos, pero no pude, así que la única opción que tuve fue... robar

La Ladrona De Mi Corazón | Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora