-Capítulo 1-

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"...Tú eres perfecto.
Demasiado perfecto para perderte."

***

Un nuevo día falso se alzaba sobre el Playcare y el felino monstruoso salía de entre la oscuridad mientras se estiraba, hasta hace unos minutos se encontraba en un profundo sueño.

Durmiendo era como pasaba la mayoría de sus días, pues no había mucho que hacer en la fábrica abandonada, además de vigilar a los experimentos y venerar al Prototipo.

O bueno, así era hasta no hace mucho, la llegada de aquel intruso a la fábrica lo tenía en alerta y esperando las órdenes de su Dios.

Pronto tendría que reunirse con el Prototipo para que le diera nueva información sobre los movimientos del intruso; su Dios siempre estaba atento a lo que pasará dentro de la fábrica. Aunque no le gustaba que la próxima reunión entre él Prototipo y él fuera sobre el humano que había invadido el lugar.

Catnap se dirigió a Home Sweet Home, utilizó uno de los tantos agujeros que tenía la vieja casa para entrar en ella. Llegó al pasillo principal del hogar, este llevaba a las entradas de más pasillos y habitaciones anteriormente utilizadas por los niños; mismos que mantenían los estragos acumulados durante diez años, la prueba de todo lo horrible que ahí había pasado.

Se situó en el centro de la habitación con vista al segundo piso y, tomando impulso con sus patas traseras, saltó hasta el candelabro en forma de luna, ayudado con este llegó al balcón interior del segundo piso.

Moviéndose por las habitaciones con literas, los cuartos con cunas y las salas de descanso; Catnap se dirigió a un lugar en específico. No tuvo que esforzarse mucho al momento de contorsionar y encoger su cuerpo, debido a que los músculos de sus extremidades recordaban perfectamente el camino por los constantes años repitiendolo.

Al mismo tiempo, él felino inconscientemente pasaba su mirada por cada uno de los cuadros que aún se sostenían en las paredes, fijando su vacía mirada en las fotografías de los niños que ahí habitaron.

Finalmente llegó a su destino, una habitación que se hallaba en la profundidad de Home Sweet Home. Está se mantenía mayormente en buen estado, excepto por la obvia falta de la puerta, la cual había sido arrancada, algunos rasguños dispersos por las paredes, piso y techo, además de que no había ni un solo mueble en ella.

Pero lo que más destacaba de este cuarto eran, en la primera pared, un viejo reloj al lado de la foto de un niño y, en la pared contraria, las fotos de cuatro niñas y tres niños.

Se adentró en el cuarto y observó la primera fotografía; él niño en esta llevaba una camisa a cuadros azul, su cabello era castaño claro y se veía feliz, una felicidad que ya no existía. Pues el monstruo en el que había sido convertido ya no recordaba prácticamente nada sobre esos días como niño, ahora los pocos recuerdos de ese tiempo eran solo sobre su Dios y todo lo vivido junto a él.

Catnap desvió su mirada hacia el reloj, hizo uso de los conocimientos que en su tiempo los científicos del Playcare le habían proporcionado, y calculó cuánto tiempo tenía antes de reunirse con el Prototipo; faltaban cerca de treinta minutos. El gato observó atentamente el reloj, mientras recuerdos del pasado llegaban a su mente.

~~~

El experimento morado observaba aquel reloj en la pared, la habitación que lo albergaba no tenía rastros de ningún rasguño y todo se mantenía ordenado, además colgados en las paredes solo se encontraban el cuadro del niño y el reloj.

El gato esperaba con ansías que esos treinta minutos pasaran rápido, pues hoy era el día que había estado esperando con tanto anhelo y esa hora, que tanto él como su Dios habían pactado, se convertiría en la mejor de todas. Pronto esta fábrica será solo nuestra, este único pensamiento recorría la mente de Catnap.

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⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

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