Capítulo 3.

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Ninguna de las dos pronunció palabra en el trayecto a casa, Cynthia estaba demasiado confundida por lo que había pasado en la fiesta y Judith no quería incrementar su malestar, por lo que se pasó el viaje en silencio y mirando por la ventana. En cuanto llegaron a casa, cada una se encerró en su habitación y se metieron en sus respectivas camas. El día había sido agotador, lleno de demasiadas emociones y se sentían exhaustas.

La primera semana después de la fiesta, pasó sin incidentes destacables. La rutina se adueñó de sus vidas y todo fue muy corriente y aburrido. Levantarse, ir a la pastelería, trabajar, cerrar y volver a casa. De lunes a viernes.

Extrañamente, Judith no le preguntó por el tema del beso a Cynthia, decidió apiadarse de su amiga y dejar que fuera ella la que quisiera hablarlo. Para su sorpresa, pasó un mes sin que se decidiera a sacar el tema, lo evitaba siempre que podía. Algunas de sus amigas eran fans de Treegap también, por lo que siempre era un tema de conversación en el que Cynthia participaba muy activamente, excepto esas semanas. Cambia el tema discretamente, se iba al baño, empezaba a utilizar el móvil... de una manera que no llamaba la atención, muy tranquilamente, pero Judith era capaz de notar el temblor en sus manos y el sonrojo en sus mejillas. Esas situaciones se repitieron varias veces a lo largo de las semanas, por lo que la idea inicial de Judith, sobre darle su tiempo, estaba empezando a flaquear. La paciencia no era una de sus virtudes, lo había intentado con su amiga, pero la situación ya le confirmó que esperar no sirve de nada. Tomó la decisión de hablar con ella, pero nunca encontraba el momento preciso, todo eran inconvenientes ya que Judith quería exponer el tema cuando estuvieran solas, tranquilas y libres de estrés. Pero antes de que Judith encontrara ese momento, Cynthia explotó sola.

Todo sucedió la noche del 14 de febrero, que coincidía en un sábado y ambas decidieron que iban a salir esa noche. Si bien no tenían pareja, en España es el día "del amor y la amistad". Tal y como Judith dijo:

-A la mierda el amor, la amistad es mucho mejor.

Y después de esa frase, Cynthia no pudo rechazar la oferta de ir de fiesta y celebrar lo mucho que quería a su amiga. Al fin y al cabo, ¿quién necesita un novio? Tras aceptar que "mejor sola que mal acompañadas", cada una se encerró en su cuarto.

Cynthia no invirtió mucho tiempo pensando que ropa iba a usar, ella era una chica sencilla y no le interesaba llamar la atención de nadie. Se decidió por un vestido azul marino, de cuello redondo y poco ajustado, se iba haciendo más ancho desde el pecho hasta el final, dándole mucho vuelo al vestido; unas medias negras semi-transparentes y unos zapatos negros de tacón, finalizando con un abrigo negro. Su cabello estaba liso y suelto, ¿para qué experimentar con él, cuándo era bonito al natural? Por su parte Judith escogió una blusa roja, transparente por supuesto, unos leggins negros ajustados y unos zapatos negros de tacón con un lacito negro decorando, para abrigarse llevaba una chaqueta de color negro opaco, con patrón acolchado y que cubría hasta debajo del trasero. Su pelo, ahora castaño oscuro y azul, estaba completamente ondulado.

Tras los típicos halagos de la una hacia la otra, salieron de casa. Se decidieron por pedir un taxi, ya que tenían pensado beber y ninguno de sus amigos vivía cerca de ellas. Llegaron a una de las discotecas más populares de Madrid. Tras una media hora esperando, consiguieron entrar al local. No sin antes tener que pagar el precio de la entrada, a juicio de Judith muy cara pero un día es un día y enseñar el DNI. En la entrada del local, se surtieron de una gran cantidad de pegatinas absurdas con formas de corazoncitos y algunas "bufandas" con mucho pelo de color rosa chicle. Una vez dentro pasaron los primeros minutos buscando a sus amigos, ya que ellas habían llegado tarde a causa de Judith. Se fijaron en la decoración del local, con varias guirnaldas de corazoncitos, confeti rosa por todos lados y globos rojos y rosas. Tras la inspección, vieron a una pareja, que estaba en su grupo de amigos, en la pista de baile y se acercaron a ellos para preguntar por el resto. Las siguientes tres horas fueron una constante de chupitos, cubatas, fotos y bailes absurdos, hasta que todos decidieron que era hora de marcharse. Judith y Cynthia estaban divirtiéndose mucho, así que optaron por quedarse unas horas más o todo la noche, lo que surgiera.

TREEGAP |#Wattys2015|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora