Poema, el fuego bajo la tormenta

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PARTE 1


En los mares oscuros, donde el terror acecha,

donde el tiburón cable es rey y su caza despierta,allí, en las profundidades, yace una historia,de un navío maldito, envuelto en euforia.


La tormenta rugía con ferocidad,mientras un intruso, un ser de maldad,un cangrejo gigante, de tamaño descomunal,irrumpió en la nave, con un apetito infernal.


Diez hombres en uno, su cuerpo monstruoso,devoraba la carne, en un festín espantoso.El capitán y sus hombres, valientes y temerosos,intentaron luchar, en un combate tenebroso.


Con trozos de madera y corazones audaces,se enfrentaron al horror, en estas aguas voraces.Pero el caparazón, como un muro impenetrable,rechazó los ataques, con un poder inmutable.


En medio del caos, el suelo se partió,y la bestia, en las bodegas, se hundió sin control.Quedó el silencio, solo el ruido del mar,y el pánico en los ojos, de los que aún quedaban.


En la oficina del capitán, la desesperación crecía,mientras él sacaba palitos, con marcados de agonía.Uno por uno, los tripulantes temblaban al sacar,y con alivio rezaban, al verlos sin marcar.


Pero el último palito, marcado estaba sí,el destino del capitán, debajo había de ir.Con valentía y determinación, se ofreció a bajar,y enfrentar al monstruo, sin temor a naufragar.


En las profundidades de la bodega, la oscuridad reinaba,solo interrumpida por la bestia que cazaba.El capitán, armado solo con valor y un fierro,se adentró en el abismo, con un corazón de acero.


El cangrejo, con voz macabra, desde un cadáver habló,exigiendo ser llevado a la Isla Feiden, con un tono despiadado.Pero el capitán, con astucia y firmeza en su voz,negoció con el monstruo, imponiendo su propia voz.


"Te llevaré", dijo el capitán, "pero bajo una condición,que de mi no te alimentes, ni un vistazo con razón."El monstruo aceptó, retrocediendo en su avance,y vomitó sus víctimas, con un gesto de obediencia y trance.


Entre los restos, el capitán encontró lo que buscaba,una llave en un collar, que entre ácidos y vísceras se hallaba.Con su objetivo cumplido, regresó a la superficie,donde la desconfianza y el miedo, tejían su artificio.


Golpeó la puerta, con un gesto de urgencia y temor,y al abrir, su tripulación lo esperaba con horror.Con revolver en mano, enfrentó a sus hombres con valor,dispuesto a guiarlos, con determinación y rigor.


"Pensad lo que queráis", dijo el capitán con voz serena,"pero con esa bestia hablé, y su deseo es nuestra condena."La tripulación dudaba, incrédula ante su líder,pero ante la certeza del peligro, se prepararon para lo peor.


El líder autoproclamado, desafiante y arrogante,cuestionó al capitán, con tono desafiante.Pero la respuesta fue clara, y la acción se impuso,al empujar al desafiante, al destino que se oponía, furioso.


Así cayó el líder, entre gritos y agonía,devorado por la bestia, en su letanía sombría.Y el capitán, con su tripulación sometida,se enfrentó a un futuro incierto, en una lucha desmedida.

La oscuridad de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora