"Accidente"

5 0 1
                                    

-Zack: Mejor me apuro...

Me levante a duras penas de mi cama, ya que no quería ir a la preparatoria.

Tomé de mi armario mi uniforme y me lo puse tan rápido como pude.

-Zack: ¿Abue?.

Como suponía, mi abuela no estába en casa, seguramente había ido a trabajar.

-Zack: ¿Qué me sucede?...

Me llevé una mano al rostro al recordar en como soñe a Erick besando me.

-Zack: Carajo.

-Zack: ¡EL DESAYUNO!.

Bajé corriendo las escaleras, sin siquiera haberme peinado o arreglado bién el uniforme.

-Zack: Supongo que llevaré dinero en esta ocasión.

Saqué dinero de mi billetera, lo cual era suficiente para comer algo que me diera para un estómago lleno.

Salí con mi mochila a mi espalda, directo a la parada del autobús.

Me senté a esperar en la parada de autobús, si bién llegaba un poco tarde a clases, al menos siempre cruzaba algún que otro autobús.

Me levanté del asiento de la parada para cederle a una señora mayor.

-Señora: Gracias jovencito.

-Zack: No hay de que, madame.

Sonreí cortésmente a la señora y me quedé de pie a esperar.

A lo lejos veía que se acercaban los chicos de primero, sí, los mismos que me molestaron en la preparatoria.

Me mantuve firme, con la mirada en la calle, evitando verlos.

Tal vez así no me prestarían mucha atención, o eso fué lo que creí hasta que uno me empujó por detrás, justo llegando el autobús.

-???: ¡Por ser un idiota con nosotros!.

No tuve tiempo a reaccionar, y caí a la calle, el conductor del autobús intentó frenar pero no llegó.

Mi teléfono salió volando por el impacto, y el autobús me chocó, haciendo que luego estuviese tendido en el suelo.

Sentía como me desangraba lentamente, la sangre fluyendo por mi cabeza hasta mi mentón.

-Zack: Los odio...

Mi voz estaba agotada, pensé que sería mi final, lo único que podía distinguir mientras mí vista se volvía poco a poco borrosa, eran las personas a mi alrededor, algunas gritando asustadas y otros llamando a una ambulancia.

Antes de perder la conciencia completamente, veía a esos hijos de perra, los mismos idiotas de antes, burlándose de mí.

No sé cuánto tiempo pasó hasta que me desperté en un hospital, con un brazo envuelto en vendas.

Estaba conectado a un monitor, mis ojos apenas abiertos miraban la habitación en la que estaba.

-Zack: ¿Dónde estoy?.

Mi voz estaba algo rasposa, pero podía hablar bién, un poco.

-Zack: ¿Qué?...

Me intenté reincorporar en la camilla, ahí vi que tenía algunos cortes en los brazos, eran pequeños pero estaban suturados.

Cuando me senté en la camilla, noté que Erick, mi Abuela, Isamu y Akane, estaban entrando a la habitación, todos con globos y carteles hechos a mano.

-Zack: ¿Qué hacen?...

-Erick: ¡ZACKY!.

-Akane: Al fin despertó el imbécil.

Hasta que uno se vayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora