Capitulo 2

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DANIEL GALLARDO

Voy hacia la habitación de mi hermana, toco levemente y entro cuando ella me da su permiso, ella se levanta y se sienta.

-toma este té te hará bien- le digo mientras me siento a su lado, ella me sonríe y recibe la taza.

-¿aun sigues enojado?- me pregunta en un susurro y yo solo niego.

-no podría estar enojado contigo por mucho tiempo- le digo mientras beso su frente- Alma solo quiero hacerte una pregunta- ella asiente y yo solo puedo suspirar- ¿confías en mí?- ella me mira luego de darle un sorbo a su bebida.

-claro que sí, lo sabes perfectamente, Dani tú y yo somos confidentes- yo le sonrió y la abrazo. 

-¿entonces porque no me contaste lo que pasa con ese hombre?- sé que no debería estar atormentándola con lo mismo, pero quisiera que esta duda se acabara, Alma se separa de mí y no es capaz de mirarme.

-tenía miedo de que ustedes no les cayera bien Ignacio y me separaran de el- me dice con su mirada en la taza.

-Alma ¿Qué oculta ese hombre? ¿Por qué pensaste que nosotros íbamos a oponernos? - le pregunto confundido, ella me ve y niega.

-no el no oculta nada, solo era miedo lo que tenía, pero te prometo que se los voy a presentar para que estén tranquilos- yo asiento, Alma se acerca a mí y besa mi mejilla, yo solo le sonrió- cántame igual como cuando era una niña- yo sonrió.

-quizás a tu hijo también le guste que le cante- le digo en un susurro, siento como asiente con su cabeza.

-le encantara tienes una voz muy hermosa- yo beso su cabeza y empiezo a cantarle la canción que siempre le cantaba cuando tenía miedo, luego de unos cuantos minutos siento la respiración de Alma muy calmada y eso solo significa que ya se durmió, la acomodo en su cama y yo salgo con cuidado.

-¿Qué ya se durmió?- me pregunta Flavio y yo asiento- no te dijo más nada de ese hombre- yo niego y me siento en el comedor.

-solo me dijo que es un hombre bueno que no oculta nada- le digo mientras le recibo la botella de cerveza que me ofrece- ¿Qué vas a hacer hoy en la noche?

-voy a salir a cenar con una buena chica- yo le sonrió sabiendo bien sus gustos- ¿y tú que harás? ¿buscar una mujer para pasar la noche? - yo niego sonriendo

-no, hoy me voy a quedar en la casa, no tengo ánimos de salir- el asiente y ambos nos quedamos en un silencio cómodo.

THALÍA DEL JUNCO

Estoy en la cocina junto a Soledad que me esta ofreciendo mi taza de café, mientras que estoy sentada en la mesa estudiando.

-mi niña sabes que no me gustas que no duermas, pasas la noche en el hospital, duermes solo un rato y luego te la pasas estudiando y si comes bien es porque yo estoy pendiente- me dice preocupada, yo solo la miro y sonrió- ¿Qué es lo que te pasa Thalía? Has cambiado muchísimo- yo dejo mi libro de anatomía y miro a Soledad.

-no me pasa nada, no tienes porque preocuparte, solo que me siento bien cuando tengo mi mente ocupada, no me pasa nada- le digo tomando su mano.

-¡Soledad!- escucho el grito de mi madre y me levanto preocupada, sigo a Soledad que sube corriendo a la habitación de mis padres- ¡después que te di a 4 hijas hermosas me haces esto!- yo corro confundida por la actitud de mi madre, al llegar al cuarto me quedo inmóvil al ver toda la ropa de mi padre tirada en el suelo.

-señora Cayetana ¿Qué pasa? - pregunta mientras va hacia mi madre que sale del armario hecha una furia con las cosas de mi padre.

-hasta que por fin apareces- le dice para luego mirarme- Thalía sal de la habitación- yo la miro confundida sin entender nada- ¡que salgas ya! - yo salgo de la habitación al escuchar el grito, ¿Qué habrá hecho mi papá para que mi madre este así de enojada? Voy hacia mi habitación aun intrigada por saber que es lo que esta pasando, escucho el sonido de mi computadora y eso solo significa que me están llamando, aunque creo saber quien es.

TIERRA DE REYES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora