18❍

19 5 0
                                    

Minho

Me revolvía inquieto en la cama, incapaz de encontrar el sueño. Una y otra vez, me imaginaba a mi madre muriendo de formas horribles, un espectro que me perseguía en la oscuridad de la noche.

Necesitaba las pastillas para dormir que tenía en mi mesita de noche, pero el miedo a depender de ellas me paralizaba. Me sentía atrapado en un ciclo interminable de angustia y falta de sueño.

Por esa razón estaba en la cocina con un vaso de agua en la mano derecha y en la otra las pastillas. Debatiendo internamente si tomarlas o no.

En ese momento, Jisung entró en la cocina, como si hubiera sentido la angustia en el aire. Con una mirada comprensiva, se acercó a mí.

—¿Qué pasa, Minho? ¿No puedes dormir? —preguntó con suavidad. Pero su rostro se ensombreció al ver el contenido de mis manos— ¿Qué haces con eso?

—Lo necesito.

—No— dijo con firmeza quitándome el vaso y la pastilla.

Lo mire con ojos cansados y llenos de tristeza, tan cansado que era incapaz de detenerlo mientras arrojaba el agua al lavabo y la pastilla a la basura.

—Me imagino a mi madre muriendo una y otra vez— dije con angustia— No sé cómo detenerlo...— colocó una mano en mi hombro incitando a seguir— Ya te lo he dicho hace unas noches, no quiero verla mas de esa forma. Siempre muere de una manera u otra...siempre cayendo.

—Minho...Deberías preguntarle a Clint, tal vez te ayude a por fin entender que sucedió por completo. La duda es peor que saber todo.

—Lo sé— una lágrima rodó por mi mejilla— Puedes ir a dormir, no quiero que estés despierto.

—Ven, te acompañaré a tu habitación.

Caminamos lado a lado hasta la puerta.

—Buenas noches, Honey.

Aquel apodo lo recordaba muy bien. Cuando Jisung era un recién llegado en mi casa, asoció mi nombre con aquella palabra en inglés que le gustaba.

"драги, o también puede decir Душо"

Así me llamó cuando le pregunté cómo dirían esa palabra en el idioma natal de su madre, me gustaba como salía de su boca, cada sílaba y letra bien pronunciada, la acentuación en puntos específicos y las pequeñas pausas que realizaba para que comprendiera la pronunciación.

—¿Podrías quedarte?— pregunté sosteniendo su brazo con cierta presión— No quiero quedarme solo.

—No estás solo. Nunca lo estuviste.

—Por favor— suplique en un susurro— Quedate.

—Está bien, no tienes que preocuparte por nada.

Entramos juntos y nos acostamos lado a lado. Extrañaba sentir el calor de su cuerpo a mi lado mientras dormíamos. Aunque, hace unos años, era él quien tenía pesadillas y lloraba en las noches.

En ese momento me sentía fuerte y con la capacidad de ser quien lo sostuviera si cae, ahora soy quien se asoma en el abismo, ¿podría ser Jisung quien me sacara de allí?

—No necesitas esas pastillas para dormir— susurró en la oscuridad— Puedo ayudarte de otra manera.

—¿Cómo? —pregunté.

Su mano acaricio mi cabello con cuidado— Con magia. Calmar tu mente y miedos pueden ayudarte a dormir. ¿Confías en mí lo suficiente para intentarlo?

—Tengo miedo de depender de eso.

—No lo harás, solo será una vez. Y cuando Clint vuelva de la misión, hablarás con él para entender finalmente todo lo que sucedió.

—Está bien— asentí aunque sabía que no podía verme— Prométeme que no me harás daño.

Sabía que podía herirlo con esa frase, pero quería asegurarme al 100%.

—Te lo prometo, Honey. No te haré daño —respondió sinceramente.

Me acerque y lo abrace escondiendo mi rostro en su pecho— Lo lamento. No debía desconfiar de ti...— mi cuerpo comenzó a temblar y Jisung apretó mi cuerpo con fuerza— Perdón...— su corazón comenzó a latir con fuerza— Lo lamento...

—No debes preocuparte. No me molesta que desconfíes, es normal— dijo— No se puede confiar en un brujo, ¿verdad?

El dolor en su voz me golpeó con fuerza— Sabes que no me referia a eso.

—Lo sé.

Sentí como comenzaba a usar su magia conmigo, el aura escarlate me envolvía con una sensación de paz y tranquilidad. Bajo el leve resplandor observé los ojos decididos de Jisung. Confiaba plenamente en él.

Poco a poco, los pensamientos negativos se desvanecieron y al cerrar los ojos, nada pasó por mi mente.

Me sumergí en un sueño profundo y por una noche, me libre de mis miedos y preocupaciones.

Jisung

Su cuerpo se destensó y su respiración se volvió más hondo. La tranquilidad emanaba de su cuerpo, haciéndome saber que por fin dormía en paz.

Por mi parte me limité a esperar a que el cielo se volviera claro, pues hace unos días que yo mismo no conciliaba completamente el sueño. No sabía el porqué pero era así.

No le dije nada a Minho ya que no quería preocuparlo más de lo que ya estaba.

Mi problema era insignificante comparado con todo lo demás.

Linaje// MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora