Colección Lewavi

02 | Pequeños besos

Resumen: Es el cumpleaños de Gavi y él quiere un regalo muy especial de alguien muy especial.

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Si alguien le preguntara a Gavi que le gustaría obtener de regalo de cumpleaños, diría que un auto propio.

Entonces la gente comenzaría a reír, haciendo comentarios sobre como esperan su temperamento al volante no sea igual a su temperamento en la cancha, reiría con ellos y todo estaría bien.

En realidad, a Gavi le gustaría recibir un beso del jugador estrella, Robert Lewandowski. Ha estado flechado por él desde hace años, admirando con pasión al jugador polaco, amando poder jugar a su lado. Adoraba esos momentos al celebrar un gol junto a él, cuando puede lanzarse a sus brazos con la seguridad de que será bien recibido, le encanta el contacto físico y le encanta más si viene de Lewy.

Hoy cumple diecinueve años, se siente cada vez más como un adulto y menos como un niño que aún no puede creer que está cumpliendo sus sueños jugando para el Barcelona. Todavía se aferran a él características juveniles, esa necesidad de saltar encima de su jugador favorito, de comenzar peleas con los rivales y el enojo que lo llena ante el más mínimo inconveniente.

Pero, hoy cumple diecinueve años, así que se le permite ser mimado por los demás. Eso hacen, lo felicitan y lo llenan de abrazos, sus redes sociales están llenas de felicitaciones por parte de los fanáticos que lo hace sentir contento. Hoy, por ser su día especial, Lewy le ha dicho que lo llevará a casa, consiente de lo mucho que Gavi lo admira.

Se sube a su auto con una enorme sonrisa, todo su ser vibrando con energía ansiosa. Él le deja elegir la música y acepta su tímida pregunta sobre si pueden comprar una pequeña rebanada de pastel de chocolate. Con contenedor de plástico en las piernas, tararea mientras come su postre, mirando por la ventana.

—Oye, Gavi. —Lewy todavía no domina bien el español, pero se esfuerza más en hablarlo ya que Gavi no entiende gran cosa de inglés. —You know, I haven’t given you a gift yet. —Lo mira, con la cuchara metida en la boca, él se ríe y se esfuerza para buscar las palabras. —Regalo, para ti.

Se saca la cuchara y mira la mitad de su pastel, sabe muy bien de un regalo que le gustaría y se pregunta si se puede salir con la suya un poquito más. Lewy ciertamente le tiene aprecio, a veces lo molesta durante los entrenamientos, no tiene problema en soportar su peso cada que trepa en él al celebrar, incluso le acepta pequeños besos en la mejilla. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Conociendo a Lewy, sólo le dirá que no y que en su lugar pida otra cosa.

Juega con el contenedor en sus piernas, el auto se estaciona fuera de su casa mientras Lewy sigue esperando una respuesta, respira hondo y voltea a mirarlo, tratando de no temblar por la intensidad de sus ojos azules.

—Quiero que me des un beso.

—¿Beso?

—Si, eh, kiss, beso, bésame. —Se pone nervioso, estira los labios sintiéndose tremendamente estúpido, pero Lewy parece captar lo que quiere decir.

Se desabrocha el cinturón, Gavi lo imita, dejando el pastelito sobre la consola central, voltea a mirarlo con el corazón latiendo agitado. Lewy se inclina y Gavi lo mira con los ojos bien abiertos, sus labios aterrizan sobre su mejilla izquierda y él se va alejando, decidiendo que vale la pena arriesgarse, cierra los ojos y se inclina hacía adelante, chocando contra un par de labios suaves.

Lewy hace un sonido, su mano derecha lo sostiene de la mejilla para profundizar el beso, Gavi se siente flotar en una nube esponjosa, borracho de felicidad e intoxicado de placer por un simple beso que se siente como lo mejor del mundo. Se separa poco después, con los ojos brillantes y las mejillas rosas; Lewy tiene la mirada fija en sus labios, luciendo hipnotizado.

—Gracias. El mejor regalo de cumpleaños —susurra, tomando su pastel para salir del auto y correr a casa, su corazón late rápido y fuerte contra su pecho, sus labios arden con la sensación de aquel dulce beso, su primer beso.

Es el mejor cumpleaños del mundo.

Las semanas siguientes, finge que nada ocurrió, evita a Lewy en los vestuarios y corre lejos de él en los entrenamientos. No parece que esté molesto, pero Gavi no quiere hablar de eso, significará hablar de sus sentimientos y no se siente preparado para un rechazo, prefiere mantener ese momento grabado para siempre tanto en su corazón como en su memoria, apreciarlo cada que lo recuerde, sin mancharlo con emociones negativas.

Pasa tanto tiempo pensando en el beso que olvida por completo que se acerca el cumpleaños de Lewy hasta que el día llega y nota a todos felicitando al jugador polaco. No sabe que hacer, así que solo murmura un leve “feliz cumpleaños” cuando pasa a su lado. El bullicio en los vestuarios se desvanece hasta desaparecer, distraído, no nota al cuerpo detrás suyo.

—So, no gift for me?

Se voltea, agradeciendo tener la camisa puesta al mirar hacia arriba para ver a Lewy, él tiene esa pequeña sonrisa que no muestra ninguna de sus emociones.

—Claro que si… ¿Qué te gustaría de cumpleaños? —Lewy recarga una mano sobre su cabeza, inclinándose hasta que sus narices se rozan.

—You.

Con eso, cierra los ojos y lo besa. Gavi le echa los brazos en el cuello, poniéndose de puntitas para poder besarlo de mejor manera, él lo abraza por la cintura, profundizando el beso. Permanecen juntos lo que parecen horas, besándose hasta que siente sus labios arder y su corazón estallar de amor.

Definitivamente, el mejor cumpleaños de toda su vida.