Ur so pretty / Heartstopper

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El 4 de abril fue la fecha más importante para Nick y Charlie, es coincidencia como la fecha de nacimiento de su hija coincide completamente con sus cumpleaños, como si el destino hubiese preparado todo antes de su concepción.

Con una visión algo borrosa puede recordar su primer llanto, puede recordar el momento donde los doctores le acercaron a su pequeño ángel para recostarla en su pecho por primera vez, Charlie sintió esa magia cuando la bebé dejó de llorar apenas y escuchó su voz. 

—Esta aquí.— su voz titiritaba de nervios hacia Nick, quien lo acaricio de sus rizos sueltos a la cofia para besar su frente. —Hola, pequeña.— sus labios emocionados hablaron y besó por primera vez a su pequeño ángel. Las lágrimas caían como cascada en sus ojos, miraba su pequeño cuerpecito incorporarse al suyo, esas manitas pequeñas sintiendo el calor de Charlie y lo suave que se sentía esa piel color melocotón.

Se sentía como en un sueño, tenía tantas ganas de pellizcarse a él mismo, por fin estaba en sus brazos, por fin podría abrazarla, besarla, y el amor se triplicó en ese mismo momento, su mundo se pintó de rosa. 

Y de pronto, cierra los ojos, respira profundo al sostener su pequeño cuerpecito y sentir los pequeños latidos de su corazón cruzados a los suyos, su mente pintó algo muy importante.

Flashback

35 Semanas

El tema del nombre de su bebé a veces terminaba en discusión.

Insistían en que su hija debía tener un nombre especial, su esencia divina, alegre, todo lo bonito que podrían pensar de su hija a futuro.

Sin embargo el tema del nombre terminaba en desacuerdo, Nick quería uno, Charlie quería otro.

—¿Cómo vamos a nombrar a nuestra bebé?— se preguntaban ellos mismos cada que había una desocupación.

—Mmmm, que te parece ¿Charlotte?— Nick sugiere una opción. 

—¿Qué?— Charlie hace muecas.

—Si, sería como una versión femenina de Charles, ¿No? También como la princesa.— 

—Nick..— 

—Oh pues, ¿Entonces cual sugieres?— cruza los brazos.

—No lo sé..—

—¡Ya se! ¿Victoria?— 

—Menos.— 

—Charles, amor.— pasa su mano por el pelo y su rostro es frustrante.— Tiene que haber un nombre que realmente nos guste a los dos, no solo a ti, y tampoco a mi.— 

—Lo sé querido, pero nuestra bebé debería tener un nombre especial algo que ...no lo sé, que suene lindo al decirlo o pensarlo.— 

—¿Estás diciendo que mis ideas no suenan lindas?— finge estar indignado.

—No, no.— 

—Ok.. entonces no te daré más ideas.— cruza los brazos y voltea su rostro al lado contrario.

—¡Nick! Ven acá por favor.—

—No.— sigue haciendo su gesto de indignado.

—¡Nicholas!— hace un coraje.

Era una de tantas anécdotas donde siquiera podían ponerse de acuerdo, pero coincidian que debía ser especial el nombre de su retoño.

Las tardes de películas de fin de semana eran el plan perfecto para el joven matrimonio cuando no había nada que hacer, especialmente si habían lluvias en el exterior.