VII.

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Lisa

El tour ha sido un infierno. 

Bueno, exagero. 

Me ha encantado conocer tantas ciudades y estados. 

Me ha encantado ver a tantas personas corear mi nombre. 

Me ha encantado ver a tantas personas corear mis canciones. 

Pero el estrés y la ansiedad que he pasado no tiene sentido. 

Me siento cada vez peor. 

Y mal. 

Y mal. 

Y peor. 

He estado consumiendo más codeína, incluso más de lo que me guste decir. 

Ahora sí me siento adicta, quiero decir, tomo al despertar, tomo antes de desayuno, tomo después de desayuno, tomo antes del almuerzo, tomo después del almuerzo, tomo antes de cena, tomo después de cena y antes de irme a dormir. 

Mi vida se basa en tomar codeína para pasar el estrés del tour. 

Y joder, me siento en la puta mierda.

Me avergüenza mirar a mis amigos a la cara. 

Estoy tan delgada y demacrada. 

El estrés del tour me ha llevado a tomar malas decisiones, he consumido muchísima codeína y cada vez mi cuerpo siente los efectos de ello. 

Por suerte, terminó luego de varias muchas semanas. 

Agh, la que cansada estoy. 

—Amiga, ¿Cómo estás? 

—Bien, Jisoo. Bien.

—Tu cara no es de una persona que esté bien. 

—No jodas. Ya lo sé. —Estoy irritada, ya sé que me veo de la puta mierda pero que me lo recuerde no me hace puta gracia.

—Bueno, tranquila. Solo es una observación. —Jisoo ríe un poco medio incómoda y me hace sentir mal, tal vez no tuve que responderle así. 

—Lo siento. Estoy estresada. —Suspiro profundamente sobando mi cabeza para intentar quitar el dolor de cabeza que llevo encima. —¿Qué necesitas? 

—Vengo a recordarte de la reunión del martes con Warner.

—¿La discografía? —Me interesa demasiado. 

Siempre he querido estar en esa discografía, han estado grandes artistas como Wiz Khalifa, Lil Peep, Madonna, etc. Me imagino estar en esa lista de grandes artistas, Lalisa Manoban, que gran sueño. 

—Sí, puede que te ofrezcan un contrato. —Sonrío en grande por el positivismo de mi amiga, ojalá que sí pase. —Pero necesito que puedas estar bien y no te ofendas pero no te ves bien. 

—Ya lo sé. —Mierda, necesito mejorar mi aspecto de drogadicta. —Este tour me destruyó. 

—Lalisa, necesitas relajarte. Deja de consumir codeína. 

—Estoy demasiada adicta a ella. Me hace sentir emoción. 

—No puedes vivir de tomar codeína. 

Antes de que pueda responder una hermosa mujer entra por la puerta de mi departamento, Jennie. 

Se preguntaran, ¿Cómo entra sin tocar siquiera? Bueno, hace algún tiempo le di las llaves de mi departamento, solo para que pudiera entrar cuando quisiera y quedarse todo el tiempo que quiera. 

Es esta loca idea mía de que le gusta estar en mi espacio, con mi olor, con mis cosas, con mi alma. 

Ridículo, ¿no?  

—¡Lili! —Corre hacia mí con los brazos abiertos y una sonrisa en su rostro, antes de que pueda reaccionar tengo sus brazos abrazando mi cuello y su cuerpo chocando con el mío. —No sabes lo mucho que te he extrañado. 

—Y yo a ti, preciosa. —Sonrío aún más si se puede, ella me llena de alegría el alma. Nos separamos lentamente y cuando detalla mi rostro su sonrisa cae. Mierda, estoy hecha mierda. —Eh... debo ir al baño. 

Me separo rápidamente de ella y corro hasta el baño de mi casa. 

Que vergüenza. 

Ahora seguramente no me querrá ver ni en pintura, estoy desagradable y claramente no estoy bien. Ella lo ha notado y su mirada no fue la más agradable, incluso diría que me miró con asco. Todo el mundo lo podría hacer y no me importaría, pero que ella lo haga, eso me destruye.

En el baño me echo agua en el rostro para no verme tan mal, aunque tanto tiempo drogandome y malgastando mi cuerpo no se quitará solo con un poco de agua, pero al menos me veré más fresco.

Después de un tiempo, cuando creo ya estar lo suficientemente presentable, salgo del baño rezando no haberla asustado.

Por suerte, ella aún sigue ahí, sentenda viendo su teléfono.

—Hey, ¿Dónde está Jisoo? —su mirada se levanta y nuevamente puedo deleitarme con sus preciosos ojos y todo lo que trasmiten.

—Se fue hace poco, dijo que tenía algunas cosas por hacer.

—Ya veo. —Maldigo a mi amiga en mi mente por dejame a solas con Jennie, y es que ahora todo será más incomodo si estamos a solas, será más sincera y cruel. —¿Quieres algo de tomar?

—Lalisa, no quiero nada de tomar, debemos hablar.

—¿De qué quieres hablar? —me río incomoda evitando hacer contacto visual con ella, no quiero ver su mirada decepcionada.

—¿Qué te está pasando? Nunca te había visto tan mal.

—Ah, o sea que antes me veía mal.

—Sabes que no se trata de eso. ¿Por qué estás tan drogada?

—Todo fue más agotador de lo que imaginé.

—Hablas de tu tour.

—Sí, simplemente me superó.

—No es el camino. —ella suspira y se desliza hacia donde estoy yo, me acaricia lentamente el cabello. Se siente tan bien.

—Es el único camino que conozco.

—Bueno, te tendré que enseñar más caminos. —sonríe hacia mi para luego subirse a mi regazo, automáticamente ubico mis manos en su cintura.

—¿Qué estás pensando?

—Hay muchas maneras de reducir el estrés, las presiones... juntas las averiguaremos.

—Me gusta como suena eso.

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⏰ Última actualización: Jun 12 ⏰

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Cinderella (Jenlisa) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora