Siempre, me la pasaba divagando en esta vida, viendo los errores de los demás, para yo no cometerlos. Me iba bien desde entonces, de nadie al quien necesitar, desde hace años, pues me había ido a ser mis sueños, dejando atrás todo, si Hasta mi familia. Pues yo estaba decidida a lo que quería llegar a ser y no quería hacer otra cosa más que eso, al mudarme a la ciudad de México, todo era más diferente, una ciudad muy bella a comparación donde yo vivía, empezaba otoño por aquellas ocasiones y yo con mucho descontento (odiaba el frío), pues tenía algunos problemas con mis articulaciones de las partes que unían mis huesos, ya sea de las muñecas, los hombros, las rodillas, los tobillos y a veces hasta las ingles. Y si digo el frio, pues el air es frio.
Al caminar por una calle, dirigiéndome a un Oxxo, por un café, ya que era el lugar más cercano, donde podía llegar a encontrar una delicia para mis gustos. Desde el otro lado de la avenida, se podía llegar ver, que algo había pasado, solo que no quería saber más sobre los problemas del país, ya estaba cansada con tanta muerte, del modo del que fuera. Al entrar al Oxxo, vi que salía una pareja que se amaba.
-Que ganas de estar con alguien, cuando puedes vivir bien a solas- susurre, sin que me escucharan.
Lo único de lo que yo me podía enamorar, no exactamente era de un hombre y mucho menos de una mujer, solo si me gustaban como cantaban en cuestiones así, si no jamás me llamaran la atención. La máquina tenía una variedad en escoger, tome el vaso más grande de todos, lo puse en un recipiente para que no se callera el café, por si las dudas y apreté el botón que decía: moca capuchino. Pague el café y Salí de ahí, al dirigirme a mi departamento, comenzó a sonar mi celular.
- ¿Bueno? -conteste.
-Hannaaaaah!! - Se escuchaba divirtiéndose, pues ese día nos habían invitado a una fiesta- Tienes que venir rápido, la fiesta aquí está muy bien, hay puros galanes, como los que a ti te gustan.
-¿cuáles? si todos están "feos" para mí en este momento, sabes que no tengo tiempo en estar circunstancias, ni más adelante-respondí.
-Ya. No te hagas del rogar, si son por los chavos, no hay problema, tienes que venir amiga, sabes que sin ti, no esta tan divertido, apura ¿va? -me dijo y yo accedí.
-Todo lo que uno tiene que hacer por los amigos. -Pensé.
Al llegar al edificio donde vivo, tome el elevador puse que abriera donde se encuentra mi departamento.
-¡Espera!- detuve el ascensor. Era un hombre atractivo, sinceramente, tenía mucho tiempo que no veía a alguien así.
-Mierda, que sonsa soy-estaba con mi pijama, un chongo, para recoger mi cabello, unas pantuflas y mis manos sosteniendo el café.
- Gracias, por haber detenido el ascensor- me dijo.
-Para que estamos-le respondí, mirando hacia abajo, subí la mirada y le sonreí.
-Conoces a Dania? -Me pregunto. Supuse que era su novia o algo así parecido.
-No, la verdad no, casi no me la paso aquí, pues me la paso afueras- le dije asintiendo que era la verdad. La verdad no sabía ni el nombre del portero que llevaba más de 3 años trabajando ahí.
-Aquí bajo- me dijo con voz de, espero volver a verte. Que podía hacer nada, solo paso por un momento.
-Hasta luego- le conteste con una ligera sonrisa.
Eran las 9:56 p.m.
- ¡MIEDA! Llegare tarde. Dije en voz un poco elevada de lo normal.
Saque las llaves de la bolsa del pantalón pijamarero. Abrí la puerta, las llaves las deje en la mesa del comedor y me dirigí hacia el cuarto corriendo.
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Soy Hannah
AventuraEs una chica que tras la vida continua. Se da a la tarea de experimentar cosas incondicionalmente, Probar nuevos horizontes llenos de extremos sucesos que llevaran a querer saber más sobre su vida "cotidiana" para muchos aficionados a lo extraordina...