𝗦𝗢𝗨𝗟𝗠𝗔𝗧𝗘 | 𝖬𝖸 𝖣𝖤𝖬𝖮𝖭 (𝘕𝘰𝘩 𝘋𝘰𝘨𝘺𝘦𝘰𝘯𝘨)

O3. DO DOHEE.

10 AÑOS DESPUÉS. FUNDACIÓN SUNWOL.

—¡Shibal! ¿qué es lo que acabas de decir?

Pero ni siquiera le dió tiempo de responder. Gayeong salió disparada hacia la oficina del demonio mientras Nahee se arrepentía totalmente de lo que había dicho, pero en su defensa, creyó que BokGyu anteriormente se lo informó. Iba a molestar a Guwon, estaba muy alterada. Corrió detrás de ella pero no hubo manera de que evitara el escándalo que ocasionó. Abrió la puerta de entrada a la oficina del demonio y mencionó con fiereza:

—¿Quién es esa zorra?

Hubo dos reacciones: el demonio cambió su expresión a una de fastidio por escuchar su voz y el siguiente expresó sorpresa y rechazo.

La persona de la que hablaba la chica mayor, se llamaba Do Dohee. Resultaba que Guwon, por alguna extraña razón que aún no entendían, había perdido sus poderes gracias a que el tatuaje de su muñeca que era el indicador de sus poderes se transfirió hacia esa chica. Y obviamente ya no podía usarlos a su antojo todo el tiempo porque a veces quedaban a medias.

Y ahora Gayeong se había enterado de esto por culpa de un descuido de Nahee. ¿El problema? Su obvio gusto irracional hacia el demonio porque hasta estaba insultando a la pobre Do Dohee sin siquiera conocerla.

—¡Cálmate! —le dice el segundo —. Una celebridad como tú debería cuidar su lenguaje.

—¿Es guapa? —pregunta hacia Guwon ignorando la advertencia —. ¿Es más joven que yo?

Este suspiró con cansancio — De haber sabido que eras una mal educada te habría dejado morir — soltó. Pero no acabó ahí —. Y a ti en el orfanato si eras tan bocazas.

—¡No lo hice a propósito! —explicó la menor —. ¡Solo hice un chiste porque creí que ya lo sabía! ¡Perdón!

—No lo creo — Gayeong ignora todo menos al demonio —. Soy el único ser humano que te entiende.

—¡Ja! — Nahee ríe —. ¿Disculpa?

—Eso hiere mis sentimientos.

—Están unidos por un contrato — le dice directamente a BokGyu —. Y tú por los momentos también vas incluida en eso. Pero yo tengo con él es una relación auténtica.

—¡Tuve mi contrato en mi otra vida! —recuerda él mientras Nahee explica:

—¡Cambió mi apellido original por el suyo! ¿que puedes decir en contra de eso?

—Les paga igualmente — dice sin soltar su punto.

—¡Y a ti también! —reclaman los otros dos al unísono.

—Solo son un mayordomo y alguien que solo tiene su apellido.

—Y tú una artista bajo su sello.

—¡Cállense, humanos! —Guwon alzó la voz ya harto de una de las tantas peleas que se formaban a diario.

—¿Qué te pasa? Soy Jin Gayeong, la Beyoncé de la danza tradicional coreana. He dejado mi gira mundial para resucitar el teatro Sunwol. Soy Star Jin —presume ella.

—¿Y eso qué? Ni Batman estaría solo en una cueva sin su mayordomo y sus hijos —defiende a los dos. BokGyu y Nahee en un equipo era ganar o ganar.

—¿Qué dices?

—¿Qué dices? —repite la otra chica imitándola.

—Para mí, los tres son igual de defectuosos —habla el demonio.