El Baile De Luna Roja || Hyunlix

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• Maritza F. Sánchez

La hora había llegado. Los reyes de la Luna, junto a Felix se encontraban recibiendo a los invitados.

— Muchas gracias por haber venido — mencionó su madre a su hermano el rey de las estrellas. 

Felix también tuvo que sonreír a sus tíos, pero al ver a Lily, su sonrisa se desvaneció completamente por lo que la saludo sin ganas.

En su día ya había muchas cosas malas. Pues, justo cuando se levantó su mente pareció odiarlo y se llenó de recuerdos de Hyunjin haciendo que llorara por unos cuantos minutos, cuando se fue a bañar terminó resbalando y cayendo de trasero en el duro suelo, luego fue a decirle a su madre que no bailaría con Hyunjin y aunque está entendía su dolor, terminó dándole un sermón tanto a él como a Lisa del porqué debía bailar con el chico, luego su vestuario llego un poco tarde, por lo que tuvo que apurarse a arreglarse y casi llega tarde para recibir a los invitados, y al final, está aquí, sonriendo a quienes no quiere sonreír y esperando a quien menos quiere ver.

Después de pocos minutos la familia del infierno se hizo presente, los dos reyes de primero y los 3 hijos detrás de ellos. Los reyes pasaron primero con sus padres y esto ocasionó que Hyunjin y Felix se quedaran viendo.

" Tan hermoso " pensó Felix. " Tan perfecto " pensó Hyunjin.

Esa tensión era percibida por sus padres, pues la oscuridad de Felix y el frío de Hyunjin no mentían. 

— Fifi — los gemelos Hwang de 10 años cada uno se acercaron a Felix haciendo que aquella tensión se fuera. —Te extrañamos mucho — ambos se abrazaron al cuerpo de Felix.

El peliblanco sonrió. Esos gemelos siempre lo hacían sentir feliz. — Y yo a ustedes — acarició los cabellos rojizos de estos. — Vaya, ya les están saliendo sus cuernitos.

Ambos chicos sonrieron. — Si, si y también hemos podido generar un poco de fuego.

— Me alegra — volvió a sonreír Felix. — Pero deben tener cuidado — les advirtió y los gemelos asintieron con una gran sonrisa.

Hyunjin veía todo esto con amor, si, amor, el que nunca dejo de sentir, recordar esos días en los que salía en citas con el peliblanco y era obligado a llevar a sus hermanos, como se ponía celoso ya que Felix les daba más atención a ellos que a él, el cómo sus hermanos adoraban a Felix más que a él y como no aceptaron a ninguna persona que llevo a su casa, aun cuando fueron solo amigos y amigas.

— Bueno, es hora de tomar la cena, para después iniciar con el baile — mencionó la reina de la Luna.

Todos asintieron y fueron a sentarse. 

La familia de la Luna y la familia del infierno se sentaron en una sola mesa, pues debían hacerlo al ser los organizadores de tan bello evento.

Para ambos chicos era incomodo, pero no podían hacer más, aunque Felix agradecía que los gemelos tuvieran muchos temas de conversación, eso no evitaba las rápidas miradas que se echaban los chicos y que les hacía entristecer por ni siquiera poder formular una palabra entre ellos.