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—Esta bien hija -me consolaba mi madre a un lado, mi vestido negro se movía suavemente con cada paso que daba, yo no podía parar de llorar desde que me enteré que no estabas más conmigo.

Mi madre estuvo conmigo en todo momento, nunca conocí a mi padre, no tenía idea de quién fuera, así que solo éramos ella y yo.
Mi sonrisa se había borrado, estábamos en la iglesia velandote, estaba tan rota que no podía alzar la cabeza siquiera, me la pasé llorando todo el tiempo, cuando abrieron el ataúd, mi madre me animo a acercarme, yo ya había visto tu rostro antes y quería verlo por lo menos una última vez.

Temerosa me acerque, Itachi estaba ahí, observé tu cara, la misma que observé cuando te ví al llegar a tu casa. Mi corazón se partió en mil pedazos y comencé a llorar mucho más fuerte, Itachi dió palmaditas en mi espalda.
Era tanto mi dolor, solo pude recargarme y seguir llorando pidiendo que todo solo fuera un sueño, pero sabía que no era así.

Te fuiste de este mundo 1 mes antes de tu decimoctavo cumpleaños, podía escuchar que no solo yo lloraba, si no tu madre también, ella estaba igual que yo, podía decirse que incluso peor, el dolor de perder a un hijo, tu padre también estuvo presente, el no decia no una palabra, solo estaba callado, sabía que por dentro se moría del dolor, siempre que hablaba con el, me decía lo orgulloso que estaba de ti, aunque tú nunca lo supiste y lo odiaras.

Después cerraron el ataúd para llevarte a un campo santo en dónde tu cuerpo y tu alma descansarían en paz, fui a ese lugar también, observaba tu entierro, sentía un fuerte dolor en el pecho, ¿Así era como tenía que doler el amor?

Mi mente estaba perdida y mi sentido de la vida dejaba de existir, no podía soportar verte irte de aquí, tanto que quería irme contigo. Habías dicho que estabas bien, me lo prometiste, ¿Por qué me mentiste?, Trate de ayudarte desde el primer momento en que te conocí, y no pude hacer nada.

Yo no quería irme de tu lado, pero tú te fuiste del mío.
Mi madre me llevo a casa, llegué a encerrarme en mi habitación. Las horas y los minutos pasaban, había perdido el apetito.
Unos días pasaron, no quería volver a la escuela pero ya había faltado demasiado, volví aquel martes 23 de julio, tu cumpleaños.

Nadie me decía nada acerca de ti, ignoraba a todos, mi brillo se había apagado porque no estabas tú conmigo. Mi felicidad eras tú, y ahora que no estás aquí, yo no tengo razones para ser feliz.
Pase un día terrible en la escuela, durante el receso me quedé en mi salón llorando, todos veían y susurraban de mi, después de un largo día, volví a casa.

Mamá intentaba animarme, no tenía apetito desde que tú te habías ido, no había comido desde el día anterior, el hambre se me había esfumado completamente.
Por obvias razones, mi profesor asesor me envió con la psicóloga de la escuela, yo no hablaba aunque ella intentaba hacer su trabajo, solo lo complicaba aún más.

Con el tiempo fui hablando con ella, me desahogue pero no fue suficiente, seguía habiendo un vacío dentro de mi.
Un día mientras salía de la escuela, recibí una llamada de Itachi, me citaba en la casa donde te habías ido...
Fui sin problema, aún estaba deprimida por perderte, pero me convencí de que con el tiempo lo superaría.

Cuando llegue toque y el me abrió, me dijo que quería darme unas cosas, bajo con una caja que tenía cosas tuyas, solo pude sentir mis mejillas humedecerse al ver en aquella caja todas las cosas de las que tú me habías hablado con tanto entusiasmo, Itachi volvió a subir y bajo con tu Gibson Les paul y tus baquetas.
Él me las entrego y dijo que era lo todo lo que el más apreciaba, venía también con una pequeña caja.

—Encontre esto en su habitación -la cajita decía, “Para mi Sakura” sentí como me destruían el corazón de nuevo, agradecí y volví a casa llorando.

Cuando llegue abrí la caja que Itachi me había dado primero, sacando tus pertenencias, habían unas camisas y sudaderas junto con pequeños regalos y más cartas que nunca llegaste a darme.
Había también varias fotos tuyas y accesorios y otras cosas que tenían un valor enorme para ti.

Después abrí la otra caja y saque un disco y una grabación, fui a mi grabadora y puse la cinta, eras tú, era tu voz, comencé a llorar de nuevo, era tu hermosa voz despidiéndose de mi de nuevo. Sentí como si hubiera vuelto a aquel día que Itachi me dió la noticia.

Estaba destrozada de nuevo, imaginarte despidiendote, en un punto comenzaste a llorar también, me contabas tus problemas para terminar con un “Lamento lo que voy a hacer, ya no puedo soportarlo, se feliz sin mi, olvídame y bórrame de tus recuerdos, y yo, yo voy a amarte para siempre”

Después de un rato observé el disco, lo puse en mi reproductor, era una hermosa canción, venía junto a una carta más en la que decía que la canción era para mí, llore hasta más no poder con aquello.

Cuando creí quedarme seca, más lágrimas habían salido.

Realmente te extrañaba, te necesitaba aquí a mi lado, porque sin ti, sabía que no llegaría muy lejos.

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Espero q les guste chicos 💗
Háganme saber si no tmb, lo tomaré mucho en cuenta 😊

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⏰ Última actualización: Mar 26 ⏰

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𝗔𝗻 𝗮𝗻𝗴𝗲𝗹'𝘀 𝗱𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀𝗶𝗼𝗻 || Sasusaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora