CHAPTER THREE: DATES

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Después de que Ricky se le acercará repentinamente esa noche, y de que sus nervios por fin le permitieran hablar, Taerae había tomado valor y le prometió al más alto que su siguiente descanso lo pasaría enteramente con él, y que lo sorprendería con una cita muy bien organizada.

Además, obviamente habían intercambiado números celulares, porque 'los libros de texto eran muy lentos' en palabras del menor. Y claro, eso los había llevado a no dejar de hablar el uno con el otro, conociéndose, cayendo en la rutina ya conocida de coquetear a través de palabras. 

Taerae había descubierto qué, a pesar de lo imponente qué se viera el más alto, era totalmente diferente, era gracioso, adorable y muchas veces más tímido de lo que parecía.

Algo que Taerae agradecía, es que ahora que habían dejado de mandar notas, podía entregarle personalmente su café, y cualquier postre o snack qué hubiera preparado esa mañana, por lo que era recompensado con un par de mejillas sonrojadas y una cabellera rubia escapando rápido a refugiarse en su pequeño rincón al fondo del edificio. 

Matthew se reía del rubio cada vez que le tocaba presenciar eso, diciendo que era imposible creer que era el mismo chico que lo emboscó por la noche. Y por otro lado, a Hao le encantaba burlarse de Taerae todas las mañanas mientras cocinaba, diciéndole qué parecía un esposo preocupado llevándole comida a su marido en el trabajo.

Era más que obvio que ambos sentían algo por el otro, así que, justamente a dos semanas de haber intercambiado números, finalmente Taerae estaba a solo dos días de su siguiente descanso. Algo qué claramente ya le había informado al rubio. 

"¿Me dirás a dónde iremos?" Puchereo el más alto, dando un largo trago a su café de esa mañana, le encantaban especialmente los días en que Taerae tenía el primer turno, porque podía pasar un poco más de tiempo con él, charlando y compartiendo los deliciosos postres del mayor, cuando no huía avergonzado. Incluso había veces en las que le ayudaba a terminar de ordenar antes de que comenzará a llegar más gente, y claramente antes de que Ricky tuviera que volver a sus libros de texto. 

"Nop, es una sorpresa" El castaño le dio un pequeño golpecito al rubio en la nariz, aprovechando para quitarle el libro de los brazos y acomodarlo en su lugar, alejándose del contrario y perdiéndose entre los estantes, ante la mirada embobada del chino. 

*

Lo primero que había hecho Taerae al despertar en su día de descanso, fue desear los buenos días a su rubio. Después simplemente se alistó lo más pronto que pudo, y cuando el menor le respondió, se encargó de decirle que estuviera listo para pasar por él en un par de horas. 

Tenía todo un día especial planeado para él y Ricky, y era claro que no iba a desperdiciar ni un solo segundo, le encantaba ver la hermosa sonrisa gatuna del menor y estaba dispuesto a hacer todo lo posible por verla todo el día. 

"Taerae, ¿vas a una cita con Ricky o a un concurso de repostería?" Se burló el chino con el que compartía su departamento, quien se encontraba entre los brazos de su novio, alimentando al contrario con una rebanada de pan tostado. 

"Recuerdo que cuando me rompí la nariz y tuvieron que operarme, solo me llevó un par de cupcakes sin azúcar" Ayudó a burlarse el mayor de los tres "Y mira, a ese rubio hasta le decoraste todo con fresas y de color rosa" Señaló al canasto gigante qué, efectivamente, tenía un brillante color rosa por todos lados, y de lo que se podía ver, la mayoría de los postres eran a base de fresas, con algo de fresas o simplemente la envoltura tenia dibujos de fresas 

"Superalo Woong, no podías comer nada fuera del hospital, casi me vetan esa vez solo por consentirte" El castaño resopló, fastidiado por tener que soportar a la pareja "Además, no pueden quejarse, he visto más a Jiwoong está semana en esta casa de lo que lo he visto en todos mis años de universidad" 

Between the Pages - Taeri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora