Capítulo II

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Ni tenía ni idea de que hora era. Probablemente pasaron de 3 a 4 horas hasta que finalmente me sacaron de la celda. Me hicieron firmar unos papeles para luego entregarme mis cosas y ser libre por fin

En la recepción me recibió mi abuela con una mirada cansada. Seguro que no había dormido nada. Me puso el brazo por encima del hombro y salimos de la comisaría

El camino a casa en el coche de la abuela fue bastante incómodo. Puso algo de música en la radio para aliviar el ambiente pero esta claro que me echaba ojeadas por el rabillo del ojo. Aunque sabía perfectamente que lo hacia fingí lo contrario. Cuando entramos a la casa que me fijé en el reloj de pared. Eran las 3:30 de la mañana

—Violet—la voz de la abuela me hizo girar hasta encontrarme con su vista. Sonaba enfadada—¡Me haz asustado! ¿¡Una pelea con Verónica!? Ustedes eran muy unidas de niñas. No entiendo a que vino eso

No tienes ni idea

— Abuela hace años que Vero y yo no somos amigas. Estoy cansada de todo y se que tú también. Por que no vamos a dormir y hablamos mañana de todo esto—me di la vuelta para dirigirme a mi habitación pero la voz de la abuela me recordó que esta conversación no había acabado

—Escuchame bien Violet. Yo ya no puedo con estos comportamientos tuyos—me dijo con la voz rota

La abuela siempre ha estado ahí desde que mamá fue arrestada. Después de eso me volví conflictiva y siempre estaba metida en peleas. Una vez incluso fui a juicio por haber golpeado a una chica tan fuerte en la cintura que quedó en silla de ruedas. Realmente me arrepiento de todo eso. Así que decidí que cambiaría y eso hice. Empecé a sacar las mejores notas del curso y ya no me meto en peleas. Hasta hoy por supuesto

—Sé que no te gusta la idea pero ya es hora de que cambies de aire. Te he inscrito en el colegio en las montañas

Al momento en que escuché aquello me congelé. No. No iría a un colegio lleno de chicos millonarios que creen que todo se resuelve con tener la billetera llena

A mí me gustaría estar así, sin preocupaciones

Pero bueno. Somos pobres

—Me inscribiste sin preguntar? Nunca he querido compartir salón con gente rica y odiosa—la abuela me miró. Lo entendí al instante. No habría otra oportunidad mejor de obtener la carrera que quería

Tengo que arriesgarme. O nunca podré ayudar a mamá

—Veo que ya lo entiendes—señaló la abuela— Entonces que decides?

Suspiré ondo

—Acepto

A la abuela se le iluminó la mirada y me dió un fuerte abrazo. Después nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente estaba tan cansada que no tenía ganas de nada. Según la abuela, gracias a mis notas tengo una buena beca. Debo ingresar el lunes. Así que tenía el fin de semana para empezar a empacar mis cosas. Resulta ser que no tenía que llevar yo misma el equipaje. Estaba la posibilidad de enviarlo por correo totalmente gratis

Al principio me pareció extraño, pero lo envié todo

Mi abuela se ofreció a comprar mi uniforme y aunque insistí con que mis ahorros eran suficientes. Lo compró ella de todas formas

Bastante testaruda. Me pregunto a quien se parecerá

El fin de semana pasó más rápido de lo que esperaba. Tomé el autobús hasta las afueras de la ciudad donde estaban las montañas. El camino no fue muy largo pero sentí como si hubiesen pasado horas desde que salí de casa

Black TearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora