Los anuncios de la facultad casi siempre pasaban inadvertidos.
No obstante, en esta ocasión había un buen número de alumnos en los pasillos, rodeando los cartelones que fueron pegados y que daban a conocer las bases del concurso semestral de pintura al óleo y acrílico.
Era la tercera oportunidad que se le presentaba a Jungkook, la convocatoria se abría para los estudiantes de todos los semestres y jamás se había aventurado a anotar su nombre en la lista de participantes.
Cuando se matriculó, pensó que no estaba a la altura de los avanzados que ya tenían experiencia en la pintura y que eran mayores.
La diferencia con el pasado, era que ahora no solamente tenía a Jimin y a Hoseok insistiéndole para que lo intentara, sino también estaba Taehyung, quien no dejaba de comentar acerca de la gran probabilidad que tenía de obtener el primer puesto, y con ello, el premio de que su obra realizada se presentara en el museo de arte de la ciudad por un mes entero, más mil libras que la misma universidad presentaba como galardón.
Lo importante de la recompensa ni siquiera era el dinero, lo relevante era estar en una sala del aquel sitio tan representativo para cualquier persona que aspirara a entrar en el mundo artístico, se convertía en la victoria eterna.
Por décadas, ese convenio entre el museo y la institución, se resumía a la búsqueda de nuevos talentos; el fin era capturar a los chicos y chicas que tuvieran habilidades relevantes, que pasaran por el filtro de los jurados escolares y luego, fuesen impulsados al verdadero mundo profesional.
Si la pintura de un alumno era elegida, prácticamente ya tenía un lugar en alguna de las empresas dedicadas al ramo, pues cientos de directivos visitaban cada seis meses el lugar en busca de un inteligente novato que pudiesen reclutar.
Sí, era el triunfo total.
Y aunque Jungkook apenas iba en su tercer semestre, las voces en su cabeza le decían que este, era su momento.
O en su caso, las voces de sus amigos y su alfa.
—Vamos, debes anotarte esta vez, mejoraste mucho en este año —Hoseok aportó, achinando los ojos para leer las letras pequeñas de la pancarta—. Podemos comprar un televisor de setenta pulgadas y así nos evitamos pelear por el control en la estancia común.
—¡O un nuevo equipo de sonido! —alegó Jimin mientras sacaba una foto a las bases de inscripción—. Seríamos los reyes de las fiestas.
—Ni siquiera organizamos fiestas —Con una ceja arriba, Jungkook agregó.
—Ya lo sé, pero las haríamos si tuviéramos un buen componente de audio con micrófono para karaoke —explicó fácilmente.
Taehyung boqueó una risa tendida y abrazó a su omega por los hombros.
—O puedes guardar ese dinero y gastártelo en algo que tú desees —Le susurró al oído y le arrancó una sonrisa pura.
El rizado afirmó ante la acertada sugestión, acurrucándose en el fornido brazo que lo rodeaba.
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The Pretty Artist | ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
Fanfic(OMEGAVERSE) Jungkook tenía un pequeño (gran) crush con Taehyung desde los quince años. La realidad, era que el Omega se convertía en un manojo de nervios cuando frente al Alfa, dejando de ser aquel extrovertido y parlanchín muchacho. Su paz interio...