Prólogo

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"¿Me amas, Obito?"

"Sí. Te amo."

Mis ojos se abrieron mientras me sentaba de golpe en mi cama. Parpadeé rápidamente para esparcir las lágrimas acumuladas en mis ojos. Tomé mi camiseta blanca y absorbí la humedad de mi rostro. Me recosté sobre la cabecera de mi cama mientras soltaba un suspiro fuerte.

Otra vez soñaba con él. Con un escenario ficticio de él y yo.

Habían pasado apenas dos meses desde que lo vi. Desde la última vez que lo tuve en mi cama; enredado en mis sabanas y aprisionado por mi cuerpo mientras le hacía el amor; gimiendo mi nombre sin parar y pidiendo por más.

Pero ya no estaba conmigo, y no tenía la más mínima idea de por qué.

Aunque tampoco lo puedo juzgar de su elección.

Me reprocho todos los días lo idiota que fui al no aceptar mis sentimientos por él; sentimientos que yo sí que sabía que él tenía por mi, pero que nunca me había atrevido a corresponder. Aun cuando mi alfa me hacía quererlo y protegerlo; aun si mi alfa era el único racional de los dos al aceptar de inmediato que lo amaba. Lo había notado decaído dos semanas antes de que se fuera, pero no le pregunté ni hice nada al respecto. Después de todo, mi misión para ese entonces era el terminarlo de una manera que no le doliera.

Que no nos doliera.

Y cuando se fue, supe que "mi misión" habría sido una completa basura estúpida, y lo descubrí de la manera más dolorosa posible.

Todavía recuerdo la expresión que colocó cuando lo besé por primera vez. Recuerdo la tortura que fue el tenerlo y no poder repetirlo; aun cuando él claramente me quería. Mi ansiedad y frustración sexual fue en aumento hasta el punto en el que terminamos teniendo una relación secreta.

Cada mes junto a él me hicieron sentir bien y especial, pero mi miedo hizo que lo ocultara por completo del mundo y de mi familia; o más bien, de mi madre.

Pero ese mismo miedo estúpido fue lo que hizo que lo perdiera.

No lo volví a ver en la universidad. Ninguno de nuestros amigos en común supieron algo de él. Ni siquiera estaba en su casa. No había nada ahí.

Nunca supe la razón de su ida. Nunca superé su partida. Nunca me sentí bien de nuevo con otro omega. Por mucho que intentara reemplazarlo no podía; sentía que lo traicionaba de alguna forma y terminaba rompiendo toda relación con ellos.

Solo me sentía bien con él. Con mi omega.

Un omega al que perdí por imbécil.

¿Quieres burlarte de lo estúpido que fui con Kakashi Hatake?

Adelante.

Adelante

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Mi Omega ||Obikaka||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora