Otro AU omegaverse

63 7 7
                                    

Len miraba con cierta preocupación a su novia, últimamente sus malestares iban en aumento... y aunque él se hubiera sentido más seguro si ella accedía ir al médico, Rin simplemente lograba convencerlo con un "estoy bien". Suspiró al recordar lo cansada que había estado su omega los últimos días, ya que él al volver antes de su trabajo, en ese momento se encontraba preparándole la cena, había dejado un pastel de naranja en el horno.

Len era un alfa... diferente al promedio. O al menos, a lo que su casta se solía adaptar, incluso si tenía un trabajo, no era tan bien pagado como el de su novia, Rin, una omega inteligente y bastante capaz, y gracias a los últimos avances de integración e igualdad para los omegas, Rin realmente estaba demostrando que ser un omega no le impedía ser mejor que cualquier otro alfa... quizás el motivo por el cual desde un principio se llevó tan bien con Len, un alfa sencillo, tímido y hogareño.

Aún así las críticas en su día a día seguían presentes. Len siempre había querido una vida simple... en sus planes nunca estuvo encontrar a un omega, pero al fin y al cabo no pudo evitar enamorarse de Rin. Por su parte, Rin tampoco buscaba un alfa, a diferencia de Len, ella tan solo quería demostrar su potencial, no reducirse a el estereotipo de omega sumiso tras la sombra de un alfa, pero acabó enamorándose de Len... y no podía arrepentirse de sus decisiones con respecto a su relación.

Al ser Rin quien aportaba la mayor cantidad de dinero a su hogar, Len era quien mayormente se dedicaba a la cocina y los deberes de la casa, no es que le molestara en lo absoluto, aquello era, de alguna forma, lo que siempre había soñado, una vida tranquila y estable. Mientras que Rin no podía estar más satisfecha... Len siempre estaba apoyándola y cuidando de que se alimentara correctamente. No cabía duda de que eran tal para cual.

Pero Rin era una omega realmente terca, y Len al ser un alfa... pasivo, nunca iba en contra de ella.

Al menos hasta ese día, que ella prácticamente llegó y lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación. Ni siquiera lo saludó... mucho menos se molestó en verlo. Aquello realmente lo había puesto ansioso, y una vez sacó el pastel de naranja del horno, decidió ir hacia su habitación, más al entrar ahí, Rin no estaba, por lo cual supuso que ella se encontraba en el baño.

Tímidamente se acercó hasta la puerta del cuarto de baño y tocó, esperando por una respuesta. ¿Habría tenido nauseas otra vez? —¿Cariño...? ¿Esta todo bien?— Pero antes de que pudiera seguir preguntando, la puerta se abrió de golpe y una agotada Rin se hizo presente. Ella asintió. —Está todo bien.

Pero para ese punto Len simplemente no podía creerlo.

Aquella actitud de Rin continuó por varios días... ella lo ignoraba, ya ni siquiera probaba su comida y cuando dormían no solía abrazarlo. Todas esas pequeñas actitudes parecían haber creado una nueva inseguridad en él. ¿Rin habría dejado de amarlo...? Ese miedo fue demasiado que incluso dejó pasar el hecho de que ella seguía con constantes náuseas, dolor abdominal y cansancio. Pero si Rin le decía que estaba bien y solo debía algo malo que había comido... ¿porqué no habría de creerle?

Ese día Len volvía de hacer las compras, después de todo, era él quien siempre se encargaba de hacerlas. Se había tomado más del tiempo que necesitaba... pero al menos había logrado conseguir las galletas favoritas de su omega. Por supuesto que al regresar a su departamento... no esperaba no encontrarla.

Rin no solía salir los sábados, en todo caso, al menos le habría avisado, pero solo se había ido... y quizás él estaba pensándolo demasiado ¿no?

Horas después recibió un mensaje de ella, comentándole que había tenido que salir de emergencia y no había tenido tiempo de avisarle esa mañana antes de que el saliera a hacer las compras. En ese momento... él realmente se sentía consternado, porque sabía que su omega le estaba mintiendo, pero no quería no creerle... mucho menos pensar en lo peor. Len ni siquiera se molestó en responderle, ¿algo sería diferente si lo hacía? De todas formas... hacía bastante tiempo que ella no hacía más que enviarle mensajes para avisarle que llegaría tarde o que saldría por emergencias de trabajo.

One shots rilen sin presupuesto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora