Capítulo 6

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Mi hermano me lleva a casa. No me esperéis a la salida.

Mandé el mensaje a Georg y una vez hecho, pude relajarme por completo sobre el asiento del copiloto. Otra vez en ese coche que me traía recuerdos porque... ahí había empezado todo.

Miré hacía atrás, a los asientos traseros. Tom me lo había hecho encima de ellos por primera vez, cuando ni siquiera sabía su nombre y ahora, estaba sentado a mi lado, concentrado en la carretera, exactamente como aquella vez.

Me daba cuenta de lo surrealista de la situación y me daban escalofríos.

Sin problema. ¿Te traerá él a partir de ahora a la uni?

Me respondió Georg con otro mensaje. Lo miré unos segundos fijamente y acabé ladeando la cabeza, pensativo.

-¿Quién es? – preguntó Tom, mi hermano. Mi hermano...

-Georg. Le avisaba de que no me esperara para llevarme a casa.

-Hum...

-También me preguntaba si tú me llevarás a partir de ahora a la universidad por las mañanas. – pregunté, un tanto cortado.

-Si quieres... – dijo sin muchas emoción, casi indiferente.

-¿Tú quieres? – Tom me miró de reojo y la sonrisita arrogante volvió a su cara.

-Me vendrá bien para no dormirme al volante. A esas horas no soy persona.

-¿No? ¡Yo tampoco!

-Me irrita mucho tener que levantarme temprano.

-A mí también. Me encanta dormir. – él ensanchó la sonrisa.

-También a mí. Dieciséis horas en sueños era la mejor manera de hacer que pasara el tiempo en casa. – era la primera vez que le oía decir la palabra casa refiriéndose a Stuttgart. De repente, me entró la curiosidad. No conocía nada de su vida, nada de él, nada de su ciudad e incluso nada de... mi propio padre.

-¿Cómo era tu vida allí? – Tom desvió unos segundos la mirada de la carretera a mí, con el ceño levemente fruncido.

-¿Mi vida allí? ¿Por qué quieres saberlo? – me encogí de hombros.

-Curiosidad. Ya sabes, quiero saber más... - tragué saliva. Más de ti, pensé, pero no lo dije. – Vivías en uno de los barrios bajos, ¿no?

-En un apartamento de los barrios bajos, con mi viejo, si.

-Tu viejo... y el mío. – hablar de mi padre después de 15 años sin saber de él, sin ni siquiera acordarme de su cara, me hacía sentir incómodo. Vi como Tom me miraba a través del espejo retrovisor unos segundos, vigilando mi reacción. - ¿Cómo era...?

-El apartamento es grande, pero parece pequeño porque es una pocilga. Nos revolcamos como cerdos en la mierda que dejamos por medio, pero ninguno la recoge, él porque no está, yo porque... no me da la gana. Una de las razones de porque me alegré de venir aquí, era por librarme de las ratas y las cucarachas.

-¿¡Ratas, cucarachas!? – lo miré con asco, casi gritando, totalmente escandalizado. Esos bichos me daban miedo y mucho, mucho, mucho asco.

-Si, ratas enormes, del tamaño de un gato pequeño y negras. Poco antes de venir, me peleé con una por morder a Guetti.

-¿Te peleaste con una rata?

-Si, ¡Y gané! La maté. – se rió a carcajada limpia y entonces supuse que se estaba quedando conmigo, porque era imposible que viviera entre ratas, ¿no?

-¿Mordió a... Guetti?

-¡Sip! Guetti es mi perra.

-¿Tienes una perra? – me emocioné.

Muñeco By Sarae // Primera Temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora