Señora Del Apocalipsis

7.

Capítulo 7 – Supermercado

Cuando estaba recogiendo las monedas de cobre, miró en dirección al auto y vio dos bolsas de equipaje de gran tamaño en el asiento trasero.

Ella la abrió. Uno contenía ropa, diez bolsas de galletas prensadas, ocho botellas de agua y cinco cajas de carne enlatada. El otro tenía una tienda de campaña, un saco de dormir y luces para acampar.

Yun Ling reaccionó. No es de extrañar que condujera el coche. Tenía muchas cosas y no podía cargarlas todas. Conducir el coche significaba que podía soportar todo esto.

Pero fue emboscado por un monstruo y accidentalmente perdió la vida.

Las galletas prensadas, el agua embotellada y la carne no fueron tocadas. Ella tiró la ropa. Sacó la tienda de la otra bolsa. Agregando el saco de dormir... Yun Ling recogió y reunió los artículos que necesitaba en una bolsa.

Después de ordenar, lo metió en la mochila de lino. Yun Ling intentó caminar y descubrió que no sentía el peso en absoluto. Ella mostró satisfacción. "Como era de esperar, muy conveniente".

Ella miró hacia lo lejos. No había otras personas alrededor. Estaba tan silencioso que parecía una ciudad vacía. Pensó y planeó ir primero a recorrer el supermercado.

En el camino, el paisaje había cambiado mucho: los edificios estaban cubiertos de enredaderas, los coches volcados o amontonados como chatarra. Las puertas de las tiendas a lo largo del camino estaban abiertas como si hubieran sido saqueadas.

Lo peor fue la panadería.

Yun Ling una vez lo había apuntado. Pero el tiempo del primer día fue limitado, tenía demasiado que hacer y no tenía tiempo para actuar. Cuando pasó ahora, vio que los platos estaban rotos, las materias primas habían sido saqueadas y había algunas cajas de leche vacías esparcidas por el suelo.

Miró dentro y fuera. No quedó nada útil.

Yun Ling negó con la cabeza y siguió adelante.

**

Algunas personas tenían la costumbre de acumular alimentos y, cuando estaban inactivas, se abastecían de arroz, flores, aceite, carne congelada y repollo en sus casas.

A algunas personas les gusta comer alimentos frescos y comprarían productos frescos todos los días en el mercado.

Fang Xu fue uno de estos últimos.

Siempre sentí que no había necesidad de acumular tanta comida en casa. De todas formas había un supermercado al lado de la comunidad. Sólo le tomaría cinco minutos llegar allí y podría comprar cuando quisiera comer.

Pero cuando se produjo el cambio, otras personas cerraron sus puertas, se escondieron en sus casas y esperaron pacientemente el rescate del ejército. Pero se comió toda su comida y tuvo que arriesgar su vida para salir.

Si hubiera tenido más comida en casa, ¡no tendría que salir ahora! Fang Xu lo lamentó mucho, pero su arrepentimiento no pudo llenar su estómago.

Impotente, sólo pudo ponerse ropa gruesa, sostener un bate de béisbol y salir de su casa con bolsas de plástico.

Los monstruos aún no habían aparecido en un día completo, pero el mundo entero parecía haber cambiado.

Había musgo creciendo inexplicablemente en los pasillos y monstruos deambulando por los pasillos.

Fang Xu contuvo la respiración y se escondió en un rincón.

Cuando el monstruo se alejó, rápidamente se escabulló escaleras abajo; no se atrevió a atacar. Sostuvo el bate de béisbol sólo para tener coraje.