Capitulo 10

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Apreté el botón y le envié el mensaje a Engfa. No fue la mejor respuesta, pero no podía pensar en otra cosa. Por lo general, era buena con las palabras, pero no tenía ni idea qué decirle en este punto. Y eso era bastante patético teniendo en cuenta que había pasado horas pensando en mi novia y la forma en cómo hacer las cosas bien. No quería hacerle daño. Por el amor de Dios, ella me gustaba y tal vez sería capaz de amarla en un futuro.

Si tan sólo no existiera ese nudo extraño en mi estómago al pensar en la chica más joven y la única persona de que me había enamorado hasta ahora. Mi conversación con Becky de la noche anterior seguía dando vueltas en mi cabeza. La memoria de ella rogándome que dijera que todo había terminado hizo que mi corazón latiera erráticamente. Incluso ahora en el desayuno de la mañana siguiente, yo seguía mirando hacia el espacio y repitiendo sus palabras. Ella quería seguir adelante, repetí en mi cabeza. Y probablemente debería dejarla ir. Pero ¿No lo había hecho ya? Yo estaba tratando de ser su amiga sin envolverme mucho, pero eso era una línea muy fina.

"Hey Becky, siéntate con nosotras", oí a Nam de repente sacándome de mis pensamientos. Dejé caer la cuchara como una idiota cuando levanté la vista y vi a mi compañera de equipo de ojos marrones. Ella tomó la mano de Leah y usó la otra para llevar la bandeja con comida. Nuestros ojos se encontraron por un segundo y pensé que el órgano bombeador en mi pecho realmente iba a explotar.

"Buenos días", la voz ronca respondió con una sonrisa sorprendentemente relajada. La forma en que su voz sonaba tan ronca por las mañanas no estaba ayudando a mi corazón a calmarse.

"Buenos días", le contesté, e hice mi mayor esfuerzo para sonreír también.

Becky tomó asiento en frente de Nam con Leah en su regazo. La pequeña parecía adormilada y no tan enérgica como siempre. Miré a la joven madre acariciando el cabello de su hija con cariño. Sus finos dedos corrieron por las hebras color marrón claro con pericia, lo que hizo que la niña de tres años, se relajara y cerrara sus ojos. A pesar de que las veía juntas, esa imagen de afecto maternal causó una agitación interna si es que eso era posible en este momento. Sin duda, era conmovedor lo cercanas que eran y cuán profundamente se preocupaba y amaba Becky a Leah.

"¿Freen?"

"¿Qué?" pregunté confundida y me di cuenta que Becky y Nam me estaban mirando inquisitivamente.

"¿Estás sorda o algo así?", Nam rió y yo no estaba segura de lo que quiso decir. "Becky acaba de preguntar cómo te sentías después de la primer ronda de la práctica", explicó mi amiga y me hizo comprender que había estado tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta de lo que me estaban preguntando.

"Oh, lo siento", casi balbuceé e intenté recuperar mi compostura rápidamente. "Uhm, en realidad me siento bien. Un poco de dolor aquí y allá, pero nada demasiado grave. ¿Qué hay de ti?"

"O eres algún tipo de robot o simplemente yo estoy muy fuera de forma", la más joven comentó casi riendo y yo estaba asombrada de lo tan casual que estaba actuando después de lo de anoche. "Tengo que admitir que nunca había estado tan dolorida. Me duele todo."

"Mamá, ¿Estás herida?" Leah habló inesperadamente y frunció sus pequeñas cejas, con la cabeza aún apoyada en el pecho de su madre.

"No, cariño", Becky al instante apaciguó y dio un tierno beso en la frente de la niña mientras seguía acariciándole el pelo. "Mamá está bien, sólo un poco agotada. Al igual que, ¿Cuándo juegas mucho en el parque? A veces, los pies y las piernas duelen, ¿Verdad?"

"Sí", la respuesta amortiguadora llegó.

"Es algo parecido. Así que no es nada malo, no te preocupes", la izquierda-centrocampista explicó y miré a Nam que parecía encariñada al igual que yo lo estaba. "Tienes que comer algo para desayunar. ¿Quieres unos huevos revueltos?"

BR7 (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora