-Segundo.

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-¡Está lloviendo y ya es tarde! ¿Cómo pudo haber salido así?

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-¡Está lloviendo y ya es tarde! ¿Cómo pudo haber salido así?

El pequeño peliblanco hizo un pucherito, estaba muy enojado. Jeongin tenía una hora y media que había salido de casa, pero Sung no lo podía creer, ¡El clima era horrible! Tenía toda su casa cerrada pero aún así era demasiado frío, podía escuchar perfectamente el ruido de la lluvia y el viento.

Recargo su cabeza en el respaldar del sofá, demasiado desesperado. Su zorrito bebé rasguñaba tratando de avisarle algo que no podía descifrar. Dio un pequeño brinco al escuchar la puerta ser abierta, erizando su piel al sentir la fría brisa entrar a la casa.

-Oh, ahí estás. -Sung-Min lo miró de mala gana, tratando de gruñir, lo cual no pudo pues le salió más como un ronroneo.- Estaba en la casa de Hyunjin, bebé.

-Mmh. -Sung-Min no le prestó ni la más mínima atención, mirando el televisor.

-¿Sigues enojado? ¡Dios! -I.N se acercó a él y trató de besarlo, pero el menor volteó su cara.

-No, Jeongin. Primero, discutimos por un nuevo bebé en la casa y luego tú te vas sin avisarme nada, ¿Pensaste en lo preocupado que estaba?

-Tienes razón, mi amor. Perdón. -Sung-Min se dio un momento para observarlo bien, dándose cuenta que venía completamente empapado y estaba temblando.

-Oh Dios, ven aquí. ¡Estás temblando!-Sung-Min tiró de su chaqueta rápidamente, luego fue por los botones de su camisa, tragando duramente cuando miro los abdominales bien marcados del alfa. La tiró al suelo y luego fue por el cinturón de cuero, luego los pantalones pegados del mayor, bajandolos.

Oh.

Levantó un poco la cabeza, encontrándose con un gran bulto frente a su rostro.

-Te ves tan bonito así. -Sung-Min se sonrojó furiosamente, carraspeando mientras se levantaba.

-¡Pe-pervertido! -el omega frunció su ceño dándose la vuelta.

Demonios

Sintió un gran tirón en su vientre, gimió de dolor, cayendo al suelo. Jeongin corrió hacia él, tomando de la cintura al menor para levantarlo.

-¡Mi amor! ¿Estás bien, bebé? -el alfa besó varias veces las mejillas del omega, tratando de calmarlo, pero grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta del fuerte aroma a escencia de vainilla que desprendía el menor, feromonas de excitación rodeandolos. Jeongin sintió todo su cuerpo tensarse y su respiración estancarse.

La carita del menor volteo a mirarlo, sus ojos llorosos, sus labios soltando varios gemidos y jadeos, mientras su respiración cada vez se hacía más agitada.

Entonces lo entendió, Sung-Min estaba entrando en celo.

-alfa...

-alfa

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𝘌𝘕𝘖𝘑𝘈𝘋𝘖 《MALE READER X JEONGIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora