┃Instancia I. Asilo Mental┃

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Capítulo 3:
Aprendiz de Thriller, Rango E

⊱✿⊰

Una persona en una desgastada cama con armazón de hierro abrió los ojos.

Un techo blanco mohoso con rastros de filtraciones de agua goteando desde sus esquinas le dio la bienvenida.

[Bip, bip, bip... Sistema conectado con éxito.]

[Bienvenido, Aprendiz de Thriller, Rango E: Zong Jiu.]

Era una habitación con paredes blancas sin ventanas por todos lados, incluso la decoración interior era escasa.

Zong Jiu estaba tumbado de espaldas contra una cama de hierro oxidado en el centro de la habitación, cubierto por una manta del mismo color. A su derecha, sobre un mueble de hierro, había una taza de agua hervida con apariencia fría.

A su alrededor reinaba un silencio sepulcral. La penumbra que se respiraba en un ambiente tan estrecho era más que pesada.

Zong Jiu estaba completamente despierto, pero no tenía prisa por levantarse. En lugar de eso, digirió mentalmente y con rapidez la información que tenía hasta el momento; comparando, analizando e integrando la información que había recogido del sistema con la que había recogido de la novela.

El primer modo de competición era un espectáculo individual. Esto significaba que en este combate de clasificación no era necesario trabajar en equipo, ni preocuparse de si los demás vivían o morían. Los aprendices participantes sólo tenían que pensar en cómo desempeñar lo mejor posible su papel y sobrevivir hasta la evaluación de clasificación al final del primer combate.

La primera y principal prioridad era sobrevivir. La segunda era rendir al máximo de sus capacidades. Aunque sobrevivieran, se enfrentarían a la eliminación si recibían una mala evaluación del sistema y del instructor.

Aunque el sistema lo había expresado de un modo agradable, como que tendrían una oportunidad de resurgir aunque fueran eliminados, Zong Jiu, tras leer la novela, lo entendió muy claramente. La instancia de castigo no era fácil de superar. La novela había descrito que la instancia de castigo tenía una tasa de mortalidad de hasta el 95%, lo que implicaba que ser enviado a la instancia de castigo debido a la eliminación por rating era básicamente una sentencia de muerte.

Y en cuanto a cómo destacar en la instancia y lograr mejores calificaciones, el sistema lo había explicado no hacía mucho.

Dar la vuelta a la balanza cuando se está rodeado de peligro, remontar con fuerza contra pronósticos desfavorables, recuperarse de situaciones aparentemente imposibles y regresar con ánimo de venganza... Todo ello podía elevar la calificación durante la evaluación. Por el contrario, si se es ciegamente servil, se juega a lo seguro y se retrocede, las puntuaciones, naturalmente, no serán nada del otro mundo.

En pocas palabras, serían dos palabras: cortejar a la muerte.

O, dicho más claramente, animar a todos a morir.

Esa forma de hacer las cosas hizo que Zong Jiu se diera cuenta de una sutil incongruencia. El sabor de una conspiración en marcha, incluso.

Desgraciadamente, no había terminado de leer la novela, o habría conocido los entresijos de todo aquello.

Zong Jiu lanzó un suspiro. Giró la cabeza.

Había un desvencijado armario de hierro junto a la cabecera de la cama.

A través del metal reflectante que se desprendía del armario de hierro, pudo ver claramente su aspecto actual.

Cabello blanco, ojos rosa pálido; una bata de hospital de dos piezas a rayas azules y blancas abotonada cuidadosamente por delante; extremidades pálidas y delgadas, que se confundían con la pálida pared detrás de él como una muñeca grande y delicada.

Thriller TrainꫀeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora