Capítulo 1 - Something big

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Estoy atacada. Atacada de los nervios.

¿En qué momento pensé que sería una buena idea irme a pasar el verano a otro país? Lo sé, es una pregunta con una respuesta muy clara: estoy loca, loca de remate.

Todo esto lo digo porque un día vi un anuncio. Era una oferta de empleo dirigida a jóvenes para experimentar una inmersión lingüística. Vamos, que lo del trabajo es una excusa muy mala para estar fuera de casa y viajando todo el verano. Como no tengo nada mejor que hacer, me apunté y hoy empieza mi aventura.

De las diferentes opciones que había, me ha tocado Vernazza, una de las Cinque Terre de Italia. ¿Hablo algo de italiano? La verdad es que no, pero no pasa nada, podría ser peor. He estudiado con una de esas aplicaciones para aprender idiomas y ya sé decir mi nombre y los años que tengo. Poco a poco.

Estoy con mis padres en el aeropuerto. Muy nerviosa, por supuesto, no hace falta que lo diga. También iba a acompañarme mi novio Hugo, pero lo dejamos ayer. No estoy triste ni nada porque ya lo he ido viendo venir en los últimos meses. Todo iba tan bien como siempre hasta que me di cuenta de que me había comentado algunas cosas a lo largo de este año que se contradecían entre sí y todo empezaba a cojear.

En fin, que habíamos intentado arreglarlo después de eso, pero esto de irme todo el verano tampoco era un punto a nuestro favor porque dejó caer que no sabía si iba a poder tener tanta paciencia como para esperar tres meses. Así que, aquí estoy, con un peso que me he quitado de encima. Además, me siento mucho más tranquila porque cada vez que me mandaba algún mensaje me ponía nerviosa y mi cabeza iba a mil por hora pensando en qué responderle.

Dejando lo de, ahora mi exnovio, Hugo, aparte, tiro de mi maleta que, sin exagerar —o igual un poco sí—, pesa más que yo. A mi espalda también llevo una mochila en la que he metido un montón de cosas por si acaso porque tengo miedo a aburrirme. Llevo mi portátil, un par de libros, y alguna que otra cosa más para poder entretenerme. Aunque luego lo más seguro es que no vaya a usar nada de eso porque o me dormiré o miraré por la ventanilla. No es un viaje de los más largos, pero, hay veces, sobre todo cuando estoy ansiosa por llegar, que el tiempo se me hace eterno.

Los nervios también traen consigo que necesite encontrar un baño con urgencia. Dejo todo el equipaje con mis padres para ir mucho más ligera. Trato de seguir las señales con la mayor atención posible para no perderme hasta que llego a mi destino.

Por suerte, no hay fila, cosa que me parece muy extraña. Como me sorprende que no haya nadie en el baño de mujeres, me asomo también al de hombres para comprobar si allí hay alguien e intentar averiguar si se puede entrar o no.

La curiosidad mató al gato.

Cuando doy un paso hacia el interior, mi cara se estampa con el abdomen de alguien.

—Perdona —digo apresuradamente y trato de calmar el susto que me he llevado.

El chico me ignora y sale a paso ligero. Tan ligero que ni me ha dado tiempo a fijarme en él. Solo sé que era muy alto y que, al pasar, deja un rastro a colonia que me descoloca un poco.

Vuelvo al baño que me pertenece antes de sufrir algún que otro encontronazo más. Al entrar me llega un olor a lejía que, junto a la colonia, van a hacer que me dé algo. Sigo teniendo el baño para mí sola cuando voy a lavarme las manos.

Cuando salgo de aquí me encuentro con un grupo de personas que antes no estaban y dan mal rollo. Van todos vestidos de negro de arriba a abajo. ¿No saben que ha empezado el verano y que se llevan los colores vivos y alegres? En fin.

Intento esquivarlos sin que me vean a poder ser porque, repito, dan muy mal rollo, parecen una secta. Vuelvo a oler otra vez esa colonia. El chico con el que me he chocado debe de estar por aquí, en este grupo. De manera muy casual, me agacho para atarme los cordones de una zapatilla que justo se me han desatado. Al poner la oreja me doy cuenta de que no están hablando en español, sino en inglés. Dentro de lo que cabe, he tenido la suerte de que hablen ese idioma y no otro porque soy una persona curiosa, que no cotilla, y así puedo entender su conversación. Un hombre mayor parece estar echándoles la bronca a otros dos. No creo que sea con el que he chocado porque su estatura no es la misma. Supuestamente, no han protegido a alguien y en el baño una chica se ha chocado con él y lo ha podido ver.

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