Prólogo

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El olor de la tierra y las hojas eran siempre relajantes para él, si cerraba los ojos podría sentirse como esos pájaros cantando y revoloteando en los alrededores. No era la primera vez que se escapaba de casa y pasaba las limitaciones de la tierra, hace mucho sus vecinos le habían contado algo sobre un gran Dragón que comía humanos vivía fuera de los límites en donde ni las hadas y elfos podrían interferir para llegar en su ayuda. Él no creía en nada de eso, según los libros que guardaba su padre el último avistamiento había sido hace 500 años y fue en las lejanías de las tierras de Yokohama. Sin embargo, las sospechas de que el Dragón había regresado comenzaron hace 20 años cuando la tierra comenzó a temblar tanto que habia despertado a todo el lugar, se dice que unas semanas después algunos residentes se acercaron a las montañas a investigar la razón de aquellos temblores, pero ninguno de los 80 investigadores y recolectores del clan de los lobos había regresado.

Los humanos buscaron ayuda a las hadas y elfos dado a la misión fallida en la que los lobos habían participado, dichas criaturas habían predicho que aquella criatura que aterrorizaba la isla hace 500 años podría haber regresado. El líder de los Elfos decidio que era mejor contar con la ayuda de un brujo, el cual fue contratado para localizar los cuerpos perdidos o encontrar alguna pista sobre la sospecha infundada por los ancianos Elfos. Aquel brujo fue capaz de localizar un cuerpo de los ochenta desaparecidos, el cual estaba completamente irreconocible y algunas de sus órganos estaban a la vista, para sorpresa de los Elfos el hombre seguía respirando débilmente, el brujo no intentó acercarse al pobre cuerpo casi mutilado, pero cerró los ojos tratando de fluir su magia y encontrar rastros fantásticos basándose en el vago conocimiento que su Aquelarre tenía. Ciertamente podían tener un indicio de lo que sucedía con tan sólo mirar al pobre lobo en el suelo, incluso algunos árboles tenían marcas poco usuales, sin embargo su trabajo era confirmar la existencia de dicha amenaza.

El brujo había logrado conectarse con la naturaleza y trató de diferenciar los poderes fantásticos débiles que aún residían en el lugar, iba a ser complicado poder identificar algún otro poder debido al tiempo transcurrido desde el accidente, pero era de gran ayuda el moribundo lobo que había comenzado a balbucear "Arahabaki". El brujo logró tirar de un hilo de poder que emitía el lobo y eso había suficiente para que el hombre abriera los ojos abrumado por el fuerte poder que transmitía ese pequeño hilo que se dirigía en los profundos bosques de Yokohama, su corazón comenzó a correr con emoción al darse cuenta que la leyenda podría haber regresado en otra forma, esto era definitivamente diferente a lo que se había estudiado entre los ancianos y las muestras que escondían en el aquelarre eran muy débiles comparadas con el poder que aún parecía incontrolable, el brujo rió muy bajo interesado por lo que podría llegar a pasar en el futuro.

Los elfos que estaban tratando de curar al lobo se giraron hacia la risa de aquel brujo.

—Está devuelta.

El sonido de una rama quebrándose lo sacó de la ensoñación, se giró hacia el sonido con sospecha amplificando sus sentidos dejando de pensar en la historia que era conocida por todas las razas. Con pasos sigilosos se acercó oliendo el ambiente tratando de localizar la amenaza, pero el habitual olor que llenó sus sentidos le hizo relajarse.

—¿Cuántas veces tenemos que decirte que no debes cruzar los límites, Tross? —el hombre alto lo mira exasperado acercándose con cansancio.

—Oh, vamos, Pianoman, este lugar es tan extenso justo para nosotros, podemos cambiarnos y correr por todo este bosque —se quejó con un puchero demasiado infantil— las tierras limitadas que tenemos no son suficiente para nadie de la manada.

—Los límites están hechos para protegernos, al salirnos de ellos ninguna magia podría cubrirnos de cualquier ataque —a pesar de sus palabras Pianoman comenzó a caminar con él oliendo tal como él lo estaba haciendo hace unos minutos.

Through The Fire And Magic || SOUKOKU || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora