Cap 2

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ELLIOT'S POV

Es tan fácil abrir los ojos cuando suena la alarma, apagarla y levantarme de la cama. Anoche no dormí nada por el insomnio, lo he estado sufriendo durante semanas.

Me dirijo al baño y hago mis cosas rápido ya que tengo que ir a prepararle el desayuno a mi hermanita Lisa y luego arreglarme para ir a buscar a Lucas.

Corro a la cocina, tomo unas rebanadas de pan, las pongo en la tostadora y mientras se hacen tomo una taza del estante y la leche de la heladera para hacer una chocolatada.

Estoy tan inmerso en mi tarea que cuando siento una manito tirar de mis pantalones suelto un gritito y salto del susto. Escucho a Lisa reírse de mí y me doy vuelta a mirarla con reproche.

-Gritas como niñita.- Me lo dice aun riéndose y yo no puedo evitar copiarle el gesto. Le revuelvo el pelo con la mano que no está sosteniendo la taza y vuelvo a mi labor.

-¿Por qué no estás cambiada ya? Tendrías que haber hecho eso en vez de provocarme infartos.- Le digo mientras la veo sentarse a la mesa y le pongo la taza enfrente. Escucho que las tostadas ya están listas, las pongo en un plato y las coloco, junto con la mermelada y una cuchara, próximo a la chocolatada.

-Mamá no puso mi ropa en mi cama otra vez y no sé dónde está.- La escucho decir y suspiro porque ya es la quinta vez en las últimas dos semanas.

-Tú toma tu desayuno que yo busco el uniforme.- Me voy rumbo al cuarto de mi madre para preguntarle sobre la ropa de Lisa.
Golpeo su puerta y ni siquiera escucho una respuesta así que entro sin más.

-Ma, ¿Has visto la ropa de Lisa? Tengo que vestirla para la escuela y otra vez no pusiste la ropa en su cuarto.- Ella está acostada en la cama, de espaldas a mí, inmóvil y ni siquiera atina a darse vuelta para contestarme.
Rodeo su cama y la miro a la cara, es como ver a un fantasma. Sus ojos miran a la pared delante suyo y no creo que siquiera se diera cuenta de que entre a su habitación.

-¡Mamá!- Recién ahí logro que me mire e incluso así su mirada sigue ausente.- La ropa de Lisa, ¿Dónde está?

-Creo que está en la secadora.- No llego a reprocharle nada que ya está desviando la mirada de nuevo, como si yo no estuviera ahí.
Resoplo y salgo del cuarto encaminándome al cuarto de lavado. Encuentro el uniforme dentro de la secadora todo arrugado y corro a plancharlo para luego llevarlo al cuarto de mi hermana.
Vuelvo a la cocina para avisarle y la veo juntando la taza y el plato para ponerlos en el lavabo.

-Tú uniforme ya está en tu cama, ve a cambiarte que ya deben estar por llegar Cinthia y su madre.

Cinthia es su amiga desde hace dos años, y su madre siempre las lleva a la escuela en auto. Lo cual es un gran salvavidas en este momento porque ya son las 06:37 y yo aún no me he cambiado ni nada.

Antes de irme a mi cuarto pongo a hacer café para mi madre porque aún guardo la esperanza de que se levante pronto y vaya a trabajar. Ha estado faltando los últimos 4 días y el teléfono no para de sonar.

Está encerrada en su cuarto desde que mi padre se fugó con su amante hace dos semanas. Al principio la veía poner todo su esfuerzo para parecer fuerte ante nosotros pero creo que ya se le acabaron las ganas de seguir fingiendo y simplemente se encerró en ella misma.

No puedo decir que no la entiendo, estuve a punto de rendirme también pero si ambos lo hacemos, ¿Quién cuidara de Lisa?
Así que guarde todo mi rencor por mi padre y me cargue las últimas semanas al hombro tratando de que la vida que conocía no se desmoronara por completo.

Voy a mi habitación y me cambio los pantalones del pijama por unos jeans azules y lo acompaño por una camiseta blanca lisa.
Voy al baño y peino mi cabello negro con los dedos tratando de que no esté tan desprolijo.

Vuelvo a mi cuarto a buscar mi mochila y estoy yendo hacia la salida cuando escucho que golpean la puerta. Abro y me encuentro con la cabellera rubia de Cinthia esperándome.

-Hola Elliot! ¿Lisa ya está lista?

-Si si, solo dame un segundo.- Me doy vuelta y grito.- LISA, CINTHIA YA ESTÁ AQUÍ!-
La escucho correr desde su habitación y en un segundo ya está cruzando la puerta hacia el auto de Alicia, la madre de su amiga.

Alicia me mira desde el auto y me hace señas para que me acerque, yo cierro la puerta de mi casa detrás de mí y camino hacia el auto.

-Elliot, corazón, ¿No quieres que te alcance hasta la casa de Lucas?- Me dice mientras me sonríe y hasta me dan ganas de llorar del afecto maternal que veo en sus ojos.

-No quiero molestarte Alicia, ya haces suficiente por nosotros llevando a Lisa a la escuela.

-Tonterías, súbete al auto, te llevaré con tu amigo. A parte ya se está haciendo tarde, no llegarás a tiempo si caminas.- Y no tuve el corazón ni la fuerza de voluntad para refutar. Estoy tan agotado física y emocionalmente que lo único que hago es subirme al auto y dejar que me lleve.

El viaje no dura demasiado porque Lucas no vive tan lejos de mi casa. Cuando llegamos me bajo y le doy las gracias a Alicia por traerme, ella dice que no hay nada que agradecer y sigue su camino.

Yo miro la casa de dos pisos de Lucas y me obligo a mí mismo a poner una sonrisa en mí rostro.
Aún no le he contado a mi mejor amigo sobre los problemas en casa, y tampoco creo que lo haga.

Lucas y yo hemos sido amigos durante 10 años, no hay persona en el mundo en quien confíe más que en él. Pero estoy avergonzado de la situación que estoy viviendo.
Incluso si entiendo a mi madre, no puedo evitar sentir cierto rencor hacia ella, la manera en la que simplemente se hundió en su miseria y se olvidó de sus dos hijos me hace hervir de rabia.
Puso todo de sí en un hombre que no lo valía y ahora Lisa y yo pagamos por ello.

Sacudo la cabeza y dejo de pensar en eso, pongo una sonrisa en mi cara y golpeo la puerta de la única casa que puede sentirse como un hogar para mí en estos momentos.
Escucho a Lucas bajar las escaleras y gritar.

-¡Ya voy!

-¡No tengo todo el día!- Le contesto y ya puedo imaginarlo girando los ojos mientras camina hacia la puerta. Ese solo pensamiento ya es suficiente para hacerme sonreír de forma genuina, porque no hay otra persona en el planeta tierra que pueda hacerme sentir bien tan solo con un grito como Lucas.

Lo veo abrir la puerta y sonreírme, parece el rayo de sol que se cuela por la ventana en las mañanas y te hace sentir calentito y cómodo.

-¿Vamos?- Le pregunto mientras señalo a la calle.

-Vamos.- No tarda en posicionarse a mi lado y emprendemos nuestro camino hacia el infierno (la escuela), mientras Lucas habla del nuevo videojuego de zombies que saldrá la próxima semana yo solo lo observo con una sonrisa.

Y en ese momento me permito pensar que las cosas van a estar bien después de todo.

Que equivocado estaba.

Bueno se terminó el segundo cap, ojalá haberlas hecho llorar. Las amoo

Bueno decidí subir la historia a esta cuenta, puede que suba el tercer cap más tarde.

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⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

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