Cupid -Deathduo-

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En un tranquilo pueblo enclavado entre colinas cubiertas de prados verdes y árboles frondosos, vivía Missa, un joven soñador que siempre había creído en el poder del amor. Desde que era un niño, había escuchado historias sobre Cupido y su habilidad para unir corazones con sus flechas mágicas.

Un día, mientras paseaba por el mercado local, Missa se cruzó con Philza, un chico rubio con ojos verdes como esmeraldas que parecían brillar bajo el sol. En ese instante, sintió un pinchazo en su corazón, como si una flecha invisible lo hubiera alcanzado. Quedó cautivado por la presencia de Philza, su sonrisa y su encanto lo tenían prácticamente hechizado.

Con el tiempo, Missa y Philza comenzaron a pasar más tiempo juntos, compartiendo risas, sueños y secretos bajo la luz de la luna. Missa se sentía más vivo que nunca, como si cada momento con Philza fuera un regalo del destino, como si Philza fuera su lugar seguro, Missa sentía que mientras estuviera con Philza nada malo iba a pasar, él se sentía seguro en los brazos de aquel chico con una encantadora sonrisa, Missa lo amaba y adoraba más que a nadie.

Sin embargo, su felicidad se vio amenazada cuando apareció Forever, un joven de cabello rubio oscuro y ojos profundos que había cautivado el corazón de Philza. Missa sintió cómo su mundo se desmoronaba ante sus ojos al ver a Philza y Forever juntos, riendo y compartiendo gestos de cariño que una vez habían sido solo para él.

A pesar del dolor y la tristeza que lo invadían, Missa no podía dejar de amar a Philza. Intentó alejarse, tratando de ignorar los latidos de su corazón que clamaban por la presencia de Philza, pero era inútil. Cada vez que veía a Philza y Forever, el dolor se intensificaba, y en su mente resonaba la pregunta: "¿Cómo pudiste, Cupido? ¿Cómo pudiste ser tan cruel?"

Missa se refugió en sus pensamientos, buscando consuelo en las estrellas y en los susurros del viento. En su soledad, encontró fuerzas para seguir adelante, aunque su corazón seguía anhelando el amor perdido.

Con el tiempo, Missa aprendió a aceptar que el amor a veces puede ser doloroso y complicado, pero también puede ser hermoso y transformador. Aunque Philza y Forever encontraron su felicidad juntos, Missa guardó en su corazón el recuerdo de su amor imposible y deseando que en otra vida él y Philza puedan estar juntos como el tanto lo deseaba.

-Melodías del alma- MissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora