En el capítulo anterior:
L: “G-gracias…” Soltó una risita nerviosa. “Te agradezco con todo mi corazón que seas tan bueno conmigo.”
M: “Porque te lo mereces. No volveré a permitir que te hagan daño.”
L: “No fue tu culpa. No lo sabías. Es por eso que no te perdono: porque no hay nada que perdonar.” En sus ojos estaban comenzando a formarse pequeñas lágrimas al recordar el mal rato que le hizo pasar Daisy.
M: “N-no hermanito, no llores.” Entonces a Mario se le ocurrió algo. “Ya sé: te voy a contar el cuento del ratoncito y el quesito. Ya verás cómo te relaja y hará que tengas unos sueños tan preciosos como tú.”
L: “O-Ok…”
Y continuamos:
(*Nota de la autora: Al igual que en el capítulo 4, narraré yo a pesar de ser Mario quién cuenta el cuento.*)
Érase una vez un pequeño ratoncito que vivía con sus papás y su hermano mayor en el hueco de la pared de una gran casa. Vivían en paz y tranquilidad, pero lo único malo era que había un gran gato color gris.
Cada vez que el pequeño ratoncito tenía miedo, todas las noches su hermano mayor iba a la cocina a por un trozo de quesito para tranquilizarlo.
Una noche el ratoncito tuvo una fuerte pesadilla, por lo que el hermano mayor decidió ir esta vez a por un trozo de quesito aún más grande. El gato dormía plácidamente, por lo que fue fácil hacerse camino hasta la cocina y conseguir el queso que había en la mesa de la cocina.
Pero entonces escuchó una voz justo en el suelo: era el gato, quien se despertó al oír los pasitos del ratón mayor, y para su suerte el gato era pacífico y le dejó ir a su casa, pues sabía todo este tiempo que él y su familia estaban viviendo escondidos y que solo pasaba por el hueco de la pared para asegurarse de que siguieran sanos y a salvo.
Le dio las gracias al gato y fue en dirección a la habitación de su hermanito, le entregó el quesito y se comió. Justo después de comer, se olió las manos y, ante el olor del quesito, se quedó dormidito.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
M: “¿Te gustó?”
L: “Bueno, me asusté un poco. Creí que el gato se comería al hermano del ratoncito.” En realidad Mario decidió que el gato fuese bueno para no traumatizar a Luigi, pues éste último entendía la relación entre los ratoncitos y ellos dos y su amor fraternal. Abrazó aún más fuerte a Mario. “Pero por lo demás, ya estoy más tranquilo. Gracias.”
M: Se sonrojó ante la dulzura de Luigi. “De nada pequeñín.” Comenzó a darle suaves caricias en sus hombros. “Yo siempre estaré aquí para ti, te lo prometo.” Dijo con una voz dulce.
L: “Muchas gracias big bro. Oye… ¿M-me podrías contar el cuento del Conejito Esponjosito?” Preguntó muerto de vergüenza.
M: “Claro que sí bro.” Le sonrió y frotó su mejilla contra la frente de Luigi como muestra de amor y ternura.
Hola.
Antes que nada quisiera aclarar que para este mini cuento me inspiré en "La gran familia española". Créditos a Warner.
El próximo capítulo será el último.
Espero que os haya gustado este capítulo.
Nos vemos 💕
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Abrazos (Mario x Luigi)
FanfictionEsta historia se me ocurrió tras descubrir una imagen muy rica de nuestros dos queridos hermanos 🌚 Si queréis saber de cuál se trata intentaré ponerla en el segundo capítulo. Todos los derechos de los personajes son de Nintendo, al igual que los di...