Muchas veces eres catalogado en una clasificación especificada por la sociedad y la inmundicia que los condena o acorrala. La crianza desde el hogar a tan temprana edad, lo que no catalogabas como malo a partir de esa enseñanza lo comienzas a analizar de aquella manera.
Diferentes conductas instruyen a la persona como reaccionar y actuar, muchas veces la personalidad del niño ya viene con aquel defecto por nacimiento y solo necesita un pequeño empujón para crecer; Y desenvolverse.
No sé si la vida me ha querido dar alguna clase de lección, que los golpes, dificultades y tantas adversidades te vuelven cada vez más fuerte. Pero, ¿qué te motiva exactamente a vivir...? La ilusión de la felicidad, he sido una niña que desde que tengo memoria he sido muy fantasiosa.
Que vivo casi literalmente en las nubes cuando se trata del amor. Que algún principe azul vendría a rescatarme y enseñarme lo que significa el amor verdadero, aquellas famosas mariposas en el estomago; Me envolví de ideas remotas sobre o lo más cercano a una experiencia amorosa a una edad muy temprana.
En base de libros, historias románticas y personajes ficticios que me hacían desvelarme con gran ilusión en todas las noches.
-Quiero tener un Mason, un Alex y un Esteban en mi vida, me harían tan feliz...-Suspiraba tras cada confesión al entender sus personajes y enamorarme de ellos perdidamente, aunque en cuestión de apellidos, era muy mala para recordarlos.
Pero por alguna extraña razón al mismo tiempo tenía miedo de que al conocer lo que significaba realmente darse un beso o tomarse de la mano con alguien, a lo mejor no era la gran cosa como lo pintaba el libro.
Quizás toda aquella ilusión, alegría por lo inesperado terminaría en cuestión de segundos. A cambio, de una gran decepción, a lo mejor los chicos no son tan buenos como lo pintan los libros y cobraría sentido la diferencia de un autor que escribe sobre el personaje siendo hombre, y una autora escribiendo el personaje masculino, siendo mujer.
Una persona que nació con la ilusión del "amor" jamás imagino que quien más supiera amar en este mundo, estaría condenada a jamás ser amada de la misma manera, ni siquiera una cuarta parte de lo que ella es capaz de ofrecer.
-Lo siento, no eres lo que estoy buscando.-La rechaza rotundamente un pretendiente, de quien ha estado meses dándole falsas ilusiones, mientras ella caía redondita ante él y al preguntarle que son, él prefiere cortar todo lazo con ella.
-¿Qué? Pero me has besado, me has dicho que me quieres e incluso querías conocer a mis padres.-Responde Hachi confundida, tan confundida como adolorida hasta lo más profundo de su corazón.
-No eres mi prioridad en este momento y mi futuro es más importante ahora mismo Hachi, entiende, no lo tomes personal.-Responde tajante, sin un apique de emoción, como si no significara nada para él todo aquello que vivieron juntos.-Mejor estamos así, como amigos, porque yo nunca te he dejado de mirar así.
Siendo aquella manera de "cortar" por una llamada telefónica después de dos semanas de no verse.
Fue su tercera casi relación fallida, con quien por primera vez sintió esas mariposas en el estomago. Tal como empezó, así termino, fue como una montaña rusa de emociones, tal como la hacía feliz y casi tocar el cielo, así era capaz de volverla muy infeliz, siendo Hachi quien siempre lo terminaba perdonando y queriendo.
Ella no conocía el amor propio, era incapaz de hacerlo teniendo aquel hombre "ideal" a su lado. Hasta la pobreza que lo inundaba hasta en la cabeza, la tacañería que deslumbraba su codo, ella era ciega ante todas esas cosas, porque le quería, le quería en verdad.
Sus ojos inevitablemente se llenaron de lágrimas y corto la llamada, sin poder creer que para él todo este tiempo ellos nunca dejaron de besarse.
Hachi nunca se ha besado con sus amigos, jamás lo haría, es algo tan intimo, tan sentimental que sería incapaz de separar la amistad de algo amoroso siendo un beso. Tomarse de las manos, acariciarse y decirse palabras tan cariñosas el uno del otro, no, parar ella Isaí nunca fue un amigo.