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Leo se vestía para asistir a una firma de autógrafos como parte de una campaña pagada y la promoción de su nueva película, un éxito total en taquilla, su actuación más madura hasta el momento, donde por primera vez, dejó su piel expuesta al público, algo que encantó. Amaron la actuación tan natural y poderosa. Dejando sorprendidos a todos los críticos del cine e incluso considerándose un nuevo clásico. La nueva película de Espías tomó gran fuerza.

Se preparaba para no cometer otro error esa noche, mentalizandose. No quería otra resaca por la mañana, ni a Scaloni cerca cuando su corazón le dolía.

Escuchó unos toques en la puerta y una voz al otro lado familiar.

- Toc. Toc.

- ¿Aimar? - Abrió la puerta con una gran sonrisa y abrazó a aquel ángel que extrañaba. - Estás aquí, estás aquí. No puedo creerlo.

- ¿Cómo está mi humano favorito?

- Mmm.

- Oh. No suena bien. - se despegó del abrazo con el fin de observar esos ojos cafés que le decían lo que su rostro intentaba esconder. - ¿Qué pasa?

- Me pasa todo. - Suspiró. - Últimamente todo es peor. Cada cosa que hago termina mal. Cada hombre que conozco termina en mi cama y cada mañana despierto con el corazón hecho pedazos. ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué soy tan malo con el amor? ¿Por qué me siento tan roto para algo tan simple como eso?

Su voz se fue fracturando. Aimar le tomó la mano y lo guío a tomar a siento.

- Leo. Respira. Eres un niño todavía. Muy joven. Con una vida por delante, el amor puede esperar.

- Siento que nadie me va a amar. Que nadie está para mí. Soy bueno para ellos pero no lo suficiente para un compromiso.

- Lo eres. Claro que lo eres, para la persona correcta.

- Anoche se fue, igual que todos, aunque cuando estuvo conmigo no dejaba de decir que yo era lo mejor que le había pasado. Cuando me desperté por la mañana me sentí tan sucio, tan insignificante.

- Leo. Tú eres valioso. Mucho. Eres talentoso, trabajador. Tienes un buen corazón. La persona que sepa apreciarlo ganará la joya más preciosa del universo, que eres tú. No dejes que esos momentos se apoderen de ti. Tú eres más que breves momentos. Te aseguró que encontrarás a esa persona, se paciente.

- Scaloni te pidió que vinieras ¿Verdad? - Aimar sonrió de lado y asintió.

- Ambos están asustados. Él teme que te lastime. Y tú tienes miedo de no ser amado. Creo que lo mejor es que te tomes un descanso de eso. Por favor concéntrate en ti ¿Puedes hacer el intento?

- Sí. Si puedo.

- Bien. Te dejaré por hoy, pero volveré cuando lo necesites, solo debes llamarme. ¿Me llamarás?

- Sí, lo haré.

- Perfecto. - Se levantó para irse, pero antes miró por último vez al humano - Sé que Scaloni puede ser duro, pero piensa que él hace todo por protegerte. Eres muy importante. Para nosotros.
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Guillermo miró a través del ventanal de la cafetería las enormes filas de la tienda en la que se presentaría Leo. Una tienda de tecnología, donde vendían celulares, computadoras, televisiones, entre otros artículos relacionados. Era bastante grande, pero solo unos pocos lograrían entrar.

SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora