AMOR DOCENTE (O romance en horas no lectivas)

CAPÍTULO DOS: CONFRONTACIÓN (o Corazón partío)

-¿Te quedas al partío? O sea, ¿va a jugar, Pedrito? Replicó Martinez, de Ed. Física. -Ya tenemos contrarios.

¿Notará mi cara de confusión? Es decir, ¿elige hablar así de mal? ¿contrarios? Además, es tautológico y no da información relevante - Ya, y ¿qué día? - Pregunto inmediatamente -Eh... mañana... a las cuatro y media. - Bien ahí.

-"Estoy en el trabajo"- le escribo a ella, que se quedó en casa nuevamente. Otra semana sin siquiera buscar trabajo. ¿Estoy seguro de querer casarme con alguien así? En fin, debo comenzar las clases y no tengo tiempo para nupcias ni minucias.

No hay novedad, solo Trafian, una estudiante me quita de mi letargo -¿No ha visto al profe nuevo? Harían bonita pareja - enuncia con cierta malicia - ¿Por qué lo dice? - pregunto confundido - Porque me recuerda a cuando usted llegó, se ve feliz y a usted no lo he visto así en mucho tiempo...- Sus palabras me confrontan en lo más profundo ¿Soy feliz? Quizás si gano, hace tiempo que no puedo lucir mis habilidades. Me cambio ropa. Comienza el partido.

El marcador cambia sin trepidar, uno a cero, a uno, dos uno, y así. El juego se acelera y se intensifica, todos quieren brillar, pero saben que necesitan mi talento si quieren ganar, así que recepciono el balón en cada jugada y remato con gran efectividad, calculo una precisión del setenta por ciento aproximadamente.

Debido a mis esfuerzos, logramos empatar a tres y gracias a un cabezazo excepcional, pongo el partido a nuestro favor. Cuatro a tres, se aprecia en el marcador.

Se reanuda el juego. -Márcate al flaco nuevo de inglé' - en mi mente oigo: -"harían bonita pareja" - ¿Soy feliz? Me aproximo al rival. En efecto, es más delgado de cerca, pero no es una delgadez extrema, reconozco en el roce de nuestros cuerpos que está tonificado... ¡Qué despropósito!

El nuevo da un pase largo que llega a los pies de Martinez quien fusila probando su fuerza y su estupidez en igual medida. -"a cuatro, ¡iguales!" - grita un rival que celebra como si fuera importante.

El juego se repliega; mi marca avanza velozmente por la banda, decido alcanzarlo. En el cara a cara veo una sutil sonrisa que se esboza mientras intenta demostrar superioridad pisando el balón, pero no caeré, me concentro en su juego de piernas... me toma por sorpresa su vestimenta ¿es necesario un short tan corto? Qué desagradable mezclar la ropa clásica de este deporte con una camiseta contemporánea ¡Qué despropósito! ...

Me distraje una milésima de segundo y por primera vez, Facundo me tiene a su merced... me desconozco, soy competitivo, pero extrañamente quiero dejarme llevar por él, su confianza me hace desear ver de lo que es capaz.

-"¡Tócamela, tócamela!"- se oye a lo lejos, insistentemente... fui superado. Ya no son las piernas del colega nuevo lo que cautiva mi mirada, me invade un sentimiento de repelús... solo puedo admirar la contorsión con que prepara el golpe, parece armónico y estilizado, como si la sucesión de Fibonacci quisiera manifestarse a través de su cuerpo.

-¡GOLAZOO!- Gritan. En efecto, fue un golazo, pienso. -Te quedaste pegado, Pedrito- Dice el Martinez. En efecto, me quedé pegado, pienso. -cinco a cuatro- Me dice el nuevo al oído y soy incapaz de pensar en nada.

-Buen partido, compañeros, pa' la próxima tendrán su revancha- Se escucha con condescendencia.

No quiero que haya una próxima, perdimos, pero me siento extrañamente ¿feliz? reflexiono cuando de pronto escucho funcionar la grifería en la ducha contigua, miro y ahí está él, completamente desnudo, su figura, primero concebida en mi mente, resulta más llamativa en persona... cae mi mirada hacia su mie... -También te ves bien- dice entre risas... Vuelvo en mí, me ruborizo, termino de bañarme y me retiro.

-"Voy al depa"- le escribo a ella, mientras camino escuchando: "para qué me curaste cuando estaba herido". Recibo respuesta: -"Recuerda que la próxima semana vienen unes amigues a carretear, para que invites a alguien también"- contesta.

¿Y si lo invito a él?