📌CHAPTER 01

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Todo era tan extraño, tan diferente, tan pesado

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Todo era tan extraño, tan diferente, tan pesado. Observar hacia un costado donde las valijas yacían sobre el suelo a medio terminar, escuchando los murmullos de su madre en busca de apurarlo. Su mente no dejaba de vacilar, no dejaba de maquinarse, de auto convencerse a sí mismo de abandonar la estúpida idea descabellada que a su progenitora se le había ocurrido recientemente: "Convivir con su padre".

Difícil fue el momento de dejarlo ir, de entender que la relación que tenían ambos no iba a buen puerto, entender a su corta edad que sus padres iban a estar de una punta a la otra, que debían ponerse de acuerdo en las fechas de visita; era difícil para un nene de tan solo 10 años que soñaba con una familia feliz y perfecta. Su padre amaba la lluvia, el frío y los días nublados, totalmente opuesto a su ex pareja. Su madre, en cambio, era primavera, verano, mates y playa; estaba acostumbrado a ello, acostumbrado a los mimos, a los dulces, a las charlas por la mañana con el sol en la cara. Blanco o negro, Heungmin elegía el blanco pero su madre le encontró un gris a la situación.

— ¡HEUNGMIN SON! — le gritó su madre.

— Sí, mamá-suspiró pesadamente — me falta una prenda y ya cierro la valija. Y sí, me siento muy feliz de reencontrarme con mi papá después de tanto tiempo.

Mintió descaradamente. La culpa comenzó a carcomerlo.

La mayor asintió sin decir absolutamente nada.

Fuera de la humilde casa en Seúl, se encontraba un impaciente hombre de unos cuarenta y tantos de edad esperando a que sus dos personas favoritas se dignaran a bajar de la habitación, no quería apurarlos pero realmente el vuelo salía pronto y aunque ya habían hecho el check-in vía online, quería asegurarse de estar a tiempo y no perder lo que anhelaba desde su casamiento, hacía ya unos largos seis meses. La madre del coreano tras su separación con su anterior pareja, buscó volver apostar en el amor, aún creía en que el destino iba a poner en su camino a la persona correcta con la quien congeniar desde el primer momento y con ello llegó un argentino, un apuesto argentino con un encanto admirable que supo cómo volverla loca. Son, desde el primer momento conectó de manera increíble, tenían los mismos gustos pero con carácter diferente; supo quererlo incluso, que quede entre nosotros, más que a su propio progenitor.

Un par de bocinas se escuchó seguido de unos gritos.

— Vamos, Daniel está algo impaciente — se ríe Eun Ja Kiv— quiere tener todo listo, cree que vamos a perder el vuelo, a parte vos salís primero que nosotros.

Cerró su valija procurando no olvidarse absolutamente nada, se colocó su mochila en el hombro junto con sus lentes de sol sobre su cabellera negra. Estaba listo pero su mente aún seguía pensándolo detalladamente. Miró a su madre y asintió con una sonrisa. Otra vez estaba mintiendo.

— ¿Seguro que quieres ir? — preguntó nuevamente como madre protectora, a ella tampoco le gustaba el hecho de separarse de su pequeño retoño — puedes venir con nosotros si eso es lo que prefieres, sabes que Dani te ama como si fueras su verdadero hijo y a mí no me molesta en lo absoluto, aparte seguro que nos vamos a divertir.

— No mamá, enserio voy a estar bien — mintió, claramente mintió — aparte me encantaría conocer Londres, visitar las universidades para ver cual entrará en mi decisión ni bien termine el secundario. Es su momento, es su luna de miel, no es mi intensión meterme en su viaje, lo soñaron tantas veces que no voy a arruinarlo. Quiero ver a papá.

Dejó un pequeño beso en su mejilla poco conforme con la respuesta de su hijo.

Ambos bajaron, ella con una sonrisa se acercó a su marido para dejar un pequeño beso en sus labios; sentía felicidad. Mientras que el otro solo fingía estar ansioso por irse, adentrándose al vehículo insistiendo en marcharse cuanto antes.

Londres a raja tabla parecía ser un muy buen destino, grande, espacioso y... ¿Faltaba mucho para volver a su ciudad natal?

Apoyó su mano en su cabeza para concentrarse en el paisaje.

Visitó un brujo el día anterior a su viaje: "Cosas extrañas te pasaran, empezaras a entender que la vida es una aventura constante y que estarás preparado para eso. Todo dará un giro de 360°, serás feliz". ¿Se refería a esto? ¿A su viaje a Londres? Todo era tan pero tan nublado que su vista comenzaba a doler.

Tan solo logró escuchar "Buen viaje" de sus mayores antes de embarcar. No quiso mirar hacia atrás. No había vuelta atrás. 

MORDIDA: EL COMIENZODonde viven las historias. Descúbrelo ahora