Capitulo 1

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— Ya casi… Ya casi…
Ya había comenzado, y eso te excitaba. Ver todos esos pecadores muriendo. Eras consiente que estabas en riesgo, tal vez estabas muy concentrado con lo que hacían tus manos que te volvían tan dócil aún estando en peligro.
— S-Solo un poco más… Agh- Ah~
Tus manos estaban sucias, eras repugnante. ¿Creíste que estando encerrado en tu departamento, si es que ese basurero se puede considerar siquiera eso, viendo desde la comodidad de tu cuarto, no iban a encontrarte revolcandote por tus impurezas?
Te habías asomado a tu ventana para respirar el hedor de sangre volando por todos lados. No te importo esconderte. Por eso fue que el te encontró.
Una risita sarcástica fue la primera impresión.
— Tu debiste salir de mi huevo izquierdo porque de ahí salen los de tu raza. — Una arma angelical contra tu cuello y el exterminador amarillo enfrente tuyo.
— Hmm, ¿demonio o angel?
— ¿Qué? — Quitaste tu mano de tu miembro que colgaba como una manguera.
— … ¿Por qué estás sin el uniforme? — Su ceño se frunció al enfocar sus ojos en tu cuerpo. — ¿Y por qué no eres mujer? Agh, creí que era el único exterminador varón.
Él te agarró de tu aureola opaca para jalarte hasta su altura.
— Habla, yo te cree, yo te exterminare. ¿Demonio o angel?
Hizo un corte amenazante en tu cuello.
— Dilo.
— …Angel.
Quitó su lanza alejándola de tu cuerpo. Te movía como si fueras una muñeca. Sin previo aviso él te toco para meter tu extremidad dentro de tus pantalones otra vez. Tus alas se abrieron de par en par como si fueran puertas.
— Por esto solo me acompañan mujeres, todos los hombres (menos yo, obvio) hacen lo mismo porque "no puedo controlar mis fetiches mimimi". Será mejor que para la próxima no hagas una estupidez, no quiero perderme mi época favorita del año por tu culpa.
Era un bruto, peor que tu. Casi que no podías parar de babear cuando él te agarro del pecho, no solo sujetando tu camisa sino hasta clavando sus uñas en tu piel, para arrastrarte fuera de tu cuarto.
— ¡Hey, paga la renta al menos, hijo de puta! — Gritó al verte volar lejos como tortolito antes de ser asesinado por una lanza.

No era algo que te afectará acompañar al exterminador con su rutina, hasta usando su arma mataste algunos de tus pares.
— A todo esto ¿Cómo perdiste tu lanza? — Te señaló con su dedo mientras que con su otra mano clavaba sin piedad su guitarra en la espalda de un alma en pena.
— Eh… Trate de matar a la hija de Lucifer pero me gano y rompió mi lanza… — Musitaste en una respiración entrecortada. No podías contener el placer y hacías un notorio gesto con tus manos para que te prestará de nuevo su guitarra, así sentir el regozante placer de condenar otra vez. Solo una vez más.
— Ja, yo me la soleo si quiero. — Ya todos estaban completamente muertos pero él siguió yendo pila por pila para machacarlos una y otra y otra vez.
— Si, lo que sea, ¡Dame, dame, dame!
— Wow, podrías ser mi bisnieto, hermano.
— ¡Eso luego! ¡DAME TU ARMA! — Tu respiración era agitada, entrecortada por todos los suspiros y jadeos deseosos de más.
Adam solo levantó una ceja, no era muy frecuente que alguien lo hiciera hacerse cuestionar sobre la cordura de otra persona. Él solo miro con confusión y sospecha como después de entregarte su guitarra asesinaras a más demonios de la cuenta.
— Em, creo que eso ya es suficiente… Es hora de regresar al cielo sabes.
—… ¿Hay que regresar? ¿No más muerte? — Tus pupilas disminuyeron su tamaño de tan solo pensar en un posible futuro sin algo tan reconfortante como el infierno, no libre albedrío, no pecados, no extravagancia. Solo gente estúpidamente rica y con una gran atracción hacia los colores pastel.
— ¿Vas a venir o qué, tarado? Solo tenemos permiso para estar aquí unos minutos.
—¿Cuántos minutos nos quedan?
— veinte.
— Quítate la máscara.
— ¿Qué? No, se que soy irresistiblemente hermoso, pero hoy y aquí no, maricon.
Él se dió la vuelta. Iba a abrir vuelo. Sin embargo te lanzaste encima de él, y entre rasguños e golpes lograste quitarle su máscara.
— ¡MAL PARIDO! ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?!
Tomaste un puñado de uno de los cadáveres, una gran porción de sangre y restos de carne. Te llenaste la boca lo suficiente como para darle un beso. Sentiste un pircing en su lengua. Genial, tu también tenías uno. Bah, más de uno.
Lo empujarte directo al piso, sin importar si se quebraban una ala o ambas en el intento. Regocijarse entre los muertos, inhalando su putrefacción era el escenario perfecto en tu cabeza. Estabas desesperado por más cuando aún no habían terminado lo primero. Jalaste de la piel de su cara con tus manos, mientras ponías todo el peso de tu cuerpo contra su tórax. Tiraste de sus mejillas para hacer que abriera la comisura de sus labios al punto de poder insertar en él más de tu festín.
Otro bocado jugoso, tras otro, y otro, y otro.

— … Creo que ya pasaron los veinte minutos, ups.
Su tunica blanca era todo menos blanca, hasta de su aureola habían quedado grabadas las marcas prematuras de sangre que debido al tiempo había perdido ya su toque líquido y rojo vivo. Ambos luchaban por respirar. A ti hasta te salía sangre que no sabías si era tuya o no por la nariz y él estaba perdido con la mirada en una de las puntas de la gran estrella de Morningstar. Su barba aún contenía gotas de líquido. Baba o sangre, da igual ahora.
— … Eso fue…
Te agarro del brazo y te acorraló contra la pila de víctimas, desplumando de apoco esa identidad angelical de ambos. Arranco uno de los brazos del montón y empezó a pasar esa sangre goteando por tu abdomen.
—… Grandioso.
Te dió otro beso ansioso a tal placer de querer comer tu lengua, chupar tus piercings, saborear tu sangre nasal.

Y todo eso hicieron en menos de una hora.
















Perdón por el capítulo corto.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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Adam x male reader / Exterminio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora