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(Continuación del final del capítulo anterior)

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(Continuación del final del capítulo anterior)

Raze caminaba en el sentido contrario, su mente estaba tan ocupada repitiendo una y otra vez a esos dos tomados de la mano. Por un lado se sentia algo celoso, pero por el otro se sentía mal por sentir esos celos. Tigry no era mala persona, a pesar de que lo acababa de conocerlo de forma directa no se merecía que tuviera celos de el.

Se sentía culpable de sentir celos

Mientras caminaba con su mente nublada de esos pensamientos siente como alguien lo agarra del hombro y lo tira de atras de teniéndolo antes de que un semáforo cambiará de verde a rojo. Raze se da la vuelta mirando a la persona que lo había detenido

—por poco y casi te nos vas para el otro lado— dice en tono de broma. suelta al peli-gris el cual lo reconoce al instante y una sonrisa se empieza a formar

—Mari! hace mucho que no te veo— responde feliz de ver a uno de sus amigos

—¿Pues quién más hiba a ser?— suelta una risa —¿Cómo has estado Razi?— dice para luego desacomodar le el pelo al contrario

—muy bien— responde mientras aparta la mano del contrario y se acomoda el pelo —¿Y que haces por acá?

—estaba por hacer un mandado hasta que vi como casi te pasan por encima ¿A dónde ibas tan distraído?— le pregunta al de pelo plateado el cual desvío la mirada

—estaba llendo al.. trabajo?— dijo la primera excusa que se le cruzó por la cabeza. El contrario lo miro algo extrañado

—¿No trabajas en una hora masó menos?

—Me gusta ir temprano

—Aja, esa mentira ni vos te la crees ¿Paso algo?— comento algo serio y preocupado el castaño

Raze no quería decirlo por la vergüenza que le daba

¿Qué diría se le dice que se puso celoso solo porque vio a Felix tomado de la mano con alguien y que encima se veia perfectamente que estaban enamorados?

El mayor no lo presionó para que le respondiera y solo suspiro

—bueno.. ¿Querés acompañarme a hacer los mandados? No tardaremos mucho, anda— le pregunta en un intento de convencerlo, almenos asi tener algo de compañía.

—esta bien, te acompaño vamos— el peli-gris sonrio un poco, de todas formas aún había algo de tiempo ¿No?

Los dos empezaron a caminar, Mary a los pocos segundos empezó una conversación amistosa

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