LEAH
Llevo toda mi vida viviendo en México, concretamente en Sinaloa. Pero desde que mis padres se divorciaron, me fui a vivir a Phoenix, Arizona.
Mis padres se conocieron en México, esa es la razón por la que yo nací ahí. Pero realmente mi padre nació en España y mi madre en Arizona.
Ellos se divorciaron cuando a penas tenía doce años. No se divorciaron por algún tipo de infidelidad, maltrato ni nada de eso, simplemente... ya no se querían como antes, por lo que ambos decidieron divorciarse para que cada uno siguiera su camino.Muchos dicen que soy idéntica a mi madre. Tal vez lo dicen porque ambas tenemos el pelo rubio y los ojos de color verde.
Por suerte, dominaba demasiado bien tanto el inglés como el español, lo cual al mudarme a Arizona no me causó ningún tipo de dificultad.Alan es mi novio, y actualmente llevamos tres meses saliendo, y como suceden con la mayoría de relaciones, al principio suelen ser muy bonitas; pero cuando pasan los meses, las cosas poco a poco van cambiando.
Estuve enamorada de él desde que me mudé a Arizona. Sí, estuve enamorada de él durante casi cuatro años, pero no fue hasta hace unos meses que decidí dejar la vergüenza para un lado y hablar con él.
Ambos nos conocíamos de vista, debido a que compartíamos algunas clases juntos y también porque tenemos amigos en común.
Pero nunca llegué a pensar que de un día para otro íbamos a terminar siendo novios.Ahora mismo me encontraba en la cama con Alan, los dos prácticamente desnudos y con la sábana tapándonos todo el cuerpo.
De repente, veo que se levanta y empieza a vestirse.– ¿ A dónde vas ? – Le pregunté mientras me sentaba en la cama.
– Voy a hacer un live con mis amigos. –
– Pero dijiste que íbamos a pasar toda la tarde jun- – No me dejó terminar la frase.
– Joder Leah, ya hemos pasado un buen rato juntos , ¿ qué más quieres ? – Gritó, no tan fuerte, pero sí lo suficiente como para dejarme completamente atónita. – ¿ Te vas o te quedas ? – Dijo esta vez con la voz más suave.
En ese momento no sabía ni que decir ni que hacer, así que simplemente me mantuve en silencio y cogí mi móvil para ver un poco las redes sociales.
Pasaron horas, y ya era demasiado tarde, por lo que tenía que volver a mi casa.
– Alan, ya me tengo que ir. ¿ Me harías el favor de llevarme a casa ? Es que ya es de noche. –
– Sigo en live. – Se giró para mirarme
– Llevas varias horas haciendo live, creo que ya es hora de que termines. – Susurré para que no se escuchase en el directo.
Vi como silenció el live para que no se pudiera escuchar nada de nuestra conversación.
– ¿ Por qué coño no te callas ? Si me da la gana, voy a estar las horas que yo quiera haciendo live. –
– ¿ Puedes hablarme bien ? No sé que te pasa hoy que llevas todo el día faltándome el respeto. –
– Eres tú que me pones de los nervios Leah. –
– Vete a la mierda Alan. – Salí de su habitación dando un fuerte portazo.
No quería encontrarme con absolutamente nadie de su familia, así que bajé las escaleras lo más rápido posible.
Quería llorar de la impotencia, pero no iba a derramar ni una sola lágrima estando en su casa.
Salí afuera; la calle estaba oscura, lo único que iluminaba eran las farolas que habían.
Me daba bastante miedo ir sola, pero no podía hacer nada. No vivía tan lejos de la casa de Alan, son solo quince minutos caminando.•••
Las tres primeras horas de clase fueron muy aburridas, tan aburridas que incluso casi me duermo.
Por fin ya era la hora del descanso, así que salí con mis mejores amigas Marissa y Amanda y nos sentamos en nuestro sitio de siempre.
A las dos las conocí cuando recién llegué a Phoenix. Fueron de las pocas personas que estuvieron conmigo cuando me sentía sola, ya que no tenía amigas ni nada. Desde ese momento hemos sido inseparables.
– Chicas, mañana hay fiesta en la casa de Armando, ¿ vais a ir, verdad ? – Dijo Amanda con un tono de entusiasmo.
– Yo no, a mí no me van las fiestas Amanda, lo sabes perfectamente. –
– Venga yaaa Leah, va a ser muy divertido, y literalmente todos van a ir. – Dijo esta vez Marissa.
– De verdad que las fiestas no es lo mío, además, no creo que Alan me deje ir. –
– ¿ En serio ? – Ambas gritaron a la vez.
– No griten, tontas, vais a llamar la atención de todos. – Susurré mientras intentaba disimular de que no había pasado nada, ya que varias personas nos empezaron a observar.
– Joder Leah, tienes que dejarlo con Alan. Es nuestro amigo, pero como tu mejor amiga te recomiendo que lo dejes lo antes posible. Te trata fatal, te prohíbe hacer cosas que tú quieres y te manipula muchísimo.
Te mereces a alguien que te quiera de verdad, no una persona que se aprovecha de ti.
No te trata como te mereces. – Dijo Marissa.– Estoy de acuerdo con Meche. Él no tiene que prohibirte nada; es tu vida, y si no vas a la fiesta es porque tú no quieres, no porque Alan no te deje. –
– Agradezco muchísimo que me queráis ayudar chicas, pero yo lo quiero, y sé que si él no me deja hacer algo es por mi bien. A veces es un poco intenso, no lo voy a negar, pero no sé, a lo mejor es porque tiene un mal día o algo. – Nada más decir esto, las dos me miraron con cara de desacuerdo. – ¿ Podemos simplemente dejar el tema ? –
– Pero, ¿ vas a ir o no ? – Preguntó de nuevo Amanda.
– No lo sé, ¿ vale ? Ya veré si ir o no. – contesté.
965 palabras
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Heartless - Youcantfindalex
RomanceCada día intento volver a ser la misma persona que la de antes, pero estoy tan destrozada por dentro que se me hace imposible.