Prólogo

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Querido diario:

No entiendo esta habilidad que me obsequió Dios al nacer. ¿Para qué hacerme alguien especial si ni siquiera la voy a poder usar?

Me encantaría saber qué utilidad tiene poder ver unas lucecitas dentro de cada persona.

Pero, ¿no hay alguna pista que puedas darme? A veces me gusta pensar que soy especial, pero no llego a entender para qué sirve esta habilidad.

Yo las llamo constelaciones. Dentro de cada persona hay un número de estrellas unidas entre sí que brillan en diferentes intensidades. Pero por alguna extraña razón, yo no puedo ver las mías.

Hoy en el instituto me he cruzado con un chico del último curso y me asombré al ver la cantidad de estrellas que tenía en su constelación interior.

En realidad no sé si fue exactamente por esa razón o por que era muy guapo. Mis amigas estuvieron todo el día molestando con el tema.

Pero creo recordar que el chico me devolvió la mirada, creo que hasta me sonrió. No sé qué pensar al respecto.

Más estrellas significa más brillo y, por lo tanto, más me cuesta mantener una conversación sin que me moleste la luz. Es como mirar directamente al Sol.

Volviendo al tema, escribo todo esto porque hoy en el instituto he visto algo que nunca había visto antes.

Ha llegado un chico nuevo a nuestra clase, creo recordar que era extranjero. Fue mirarlo de pasada y sobresaltarme al darme cuenta de que no podía ver ni una sola estrella brillante dentro de él.

Me hace replantearme si mi inútil poder está fallando, pero no creo que sea el caso. Por eso quiero averiguar qué significan las estrellas y por qué no puedo ver las mías ni las de aquel chico.

Sí. Puede que haya tardado 16 años en que me entre la chispa de la curiosidad, pero no voy a desaprovechar esta oportunidad.

Tengo que dejar de escribir, se está haciendo tarde. Mañana completaré lo que me queda y añadiré lo que descubra.

Mi constelación interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora