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¿Tu vida?, tu vida son la peleas, aquellas en las que formas parte con la pandilla de toman.
Para ti son tu familia, el lugar donde te p...
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Narra __:
Tuvimos que volver a casa, no había opción.
Shiro: hermana...
__: ¿que sucede pequeño?-era todavía tarde, eran las 3:00 pm-.
Shiro: ¿te duele el cuerpo?
Desvíe la mirada por un momento, realmente odiaba mentirle a mi hermanito, pero era mi manera de cuidarlo.
__: ya no tanto pequeño, descuida.
El miro hacia enfrente mientras yo lo sostenía de su manita.
Llegamos a casa y mi mano no respondía para abrir la puerta, no debo tener miedo... No debo tener miedo... No debo tener miedo...
Era lo único que me repetía, no podía ser una debilucha y dejar a mi hermanito solo.
Suspiré y abrí la puerta, entre primero y cargue a mi hermanito.
Al parecer yuta no nos escucho, pues estaba con el televisor en alto y mamá estaba con el. Llevé a mi hermanito a la habitación y en ese momento escuche como menciono mi nombre.
Mika: ¡__! Que bueno que ya volviste cariño-entro a la habitación y yo desvíe la mirada, no debía verme así-.
Mika: ¿Estas bien cariño?-ella intento tocar mi mejilla pero yo me aparte-.
__: e-estoy b-bien m-mamá-tenía ganas de llorar, no quería seguir reprimiendome-.
Mika: hija...
Ella cerró la puerta y le dijo a shiro que se fuera a bañar.
Mientras tanto, ella tomaba mi mejilla y me hacía verla. Sus ojos reflejaron sorpresa, pero...
Mika: ¿q-que te sucedió?
__: fue yuta, mamá... Por favor, alejemonos de el, no quiero vivir bajo el mismo techo que ese monstruo-queria un abrazo de mi mamá pero lo que recibí fue una cachetada-.
Mika: ¡no te permito que hables así de él, es tu padre y debes respetarlo!-ella se acerco a la puerta y antes de abrirla me miro-eres una niña malcriada, solo quieres quitarme mi felicidad!
Ella salió azotando la puerta, mientras yo apretaba mis puños. Ni siquiera me di cuenta cuando comenzaron a sangrar, solo quería llorar. No podía creer que ella prefiriera a ese tipo, antes que a nosotros.
__: m-mierda-dije en un susurro mientras las lágrimas recorrían mis mejillas-.
Caí al piso de rodillas mientras sollozaba, comencé a respirar con dificultad. Pero no me importaba, ya me estaba acostumbrando. Seguí llorando sin que me importará nada, simplemente era yo.
