Los problemas de los targaryen

XXVI

No puedo más, siento que todo mi mundo se viene encima, los policías me rodean y veo las armas apuntando a mi cabeza, Daeron llora en la esquina de la habitación. Helaena convulsiona en el centro de la sala, alguien borroso mueve la boca, parece decir, no, más bien, grita algo Pero no se qué.

Mi cabeza da vueltas, siento mis entrañas revolverse, el vodka que había bebido horas antes ahora quema mi garganta, mis ojos sueltan lágrimas.

—¡Aegon! — alguien llama—¡Aegon!— otra vez —¡Aegon! ¡Reacciona!

—¿Qué?

— Tenemos que irnos ¡Ahora!

—¿Por qué?

— No es tiempo de preguntas

Alguien agarra mi mano con fuerza y me lleva con él. Volteó la cabeza y veo a mi hermana siendo rodeada de doctores, la cargan y la suben a una camilla; Rhaenyra está con ella, se sube a la ambulancia con ella y el ruido de las sirenas retumban en mi cabeza mientras miro como se van.

Daeron.

—¿Dónde está mi hermano? ¿Qué está pasando?

— No lo sé, vamos, sube — abrió la puerta de un carro

Ah, ya se quién eres.

— No, no sin Daeron — negué e hice el intento de soltarme

— Aegon, por favor confía en mí — la palma de su mano es presionada en mi mejilla, suave y cálida.

Me sentí aturdido, no sé que sucedió, hace un rato estaba con Aemond, y ahora, ahora no lo veo por ningún lado.

—¿Cómo estás?

Alguien habló.

Busqué la voz, traté.

— Sobrino

Volví a escuchar.

— ¿Qué pasó?

Silencio.

— Lo averiguaremos

Asomó su cabeza desde el asiento ¿Criston?

Sentí un apretón en mi mano.

¿Sangre? ¿Por qué tengo sangre en mi mano? Toque mi nariz.

No Gotea sangre, busco el espejo que siempre tengo en mi bolsillo trasero. No tengo heridas.

—¿Qué?

Temblando toque mi cabeza. Vi mis dedos.

Sangre.

— Coño — insulte bajo

Mi mirada empezó a oscurecer, distintas voces retumbaron mis oídos.

Una decía.

"¡No me dejes, Aegon!"