Qυédαтe coɴмιɢo (мαlleυѕ х тυ ғeм х Vιl)

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Pasó bastante tiempo para que despertara, pero en cuanto mis ojos se abrieron, todo en mi mente se borró. Fue algo extraño, pues ni mi nombre recordaba.

Intenté levantarme, pero todo mi cuerpo me dolía. Incluso deje escapar un quejido que pudo escucharse perfectamente en toda la habitación.

Eso provocó que, al cabo de unos segundos alguien entrara a la habitación.
-¡Oh despertaste! -dijo aquel hombre extraño. Bueno, siendo sincera pensé que era una mujer, pero por su voz gruesa y varonil me corrigió.

-Ayudame -dije mientras mis lágrimas salían. En verdad el dolor era inmenso.

-Sabes tienes mucha suerte, hablé con Malleus, nuestro rey y permitió que te quedarás aquí. Además, serás curada personalmente por él

-¿Malleus? -pregunte con dificultad.

-Sí ¿No has escuchado hablar sobre el temible rey hada del reino de Diasomnia?

Moví mi cabeza, pero las lágrimas de mis ojos comenzaron a salir con más intensidad.
-¡Oh vaya! En verdad te duele ¿Cierto? -me dijo.

-No sabes como... quisiera morir -insistí. El dolor de mi cuerpo era inmenso.

-No puedo ayudarte en eso, debido a que nuestro rey te quiere viva. En seguida vuelvo, traeré ante ti a Malleus. Siéntete afortunada -dijo. En un abrir y cerrar de ojos desapareció de mi vista.

Cerré los ojos para intentar controlar mi dolor, pero no pude. Estuve sufriendo hasta que ellos se apiadaron de mis quejidos.

Tal vez el sonido de sus pisadas era normal, pero les juro que para mí era una tortura. En cuanto se detuvieron, el primero en hablar fue aquel sujeto que iba a aliviar mi dolor.

-Mujer humana despertaste -dijo aquel hombre. De inmediato mis ojos se abrieron, pero no por su voz. Más bien fue por el olor de sus feromonas. Lentamente gire mi cabeza y al verlo directamente a los ojos, pude darme cuenta de algo. Ese hombre era un alfa, pero algo en mi me hizo reconocerlo como mi pareja.