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—SE suponía que empezarías a cuidarte más —Akemi suspiró con la nariz enterrada en el hombro de Yusuke mientras éste continuaba limpiando sus heridas del brazo—, ayer le dijiste al doctor que lo harías e hiciste todo lo contrario a la primera oportunidad que tuviste.

Akemi suspiró de nuevo antes de comenzar a jugar con el cuello del suéter que le había prestado a Yusuke, estirándolo para dejar parte de su clavícula al descubierto donde dejó un suave beso.

—Perdóname, no pude evitarlo —murmuró de forma lastimera, aprovechando que Yusuke se había quedado paralizado con un jadeo para separarse y tomar una de sus manos—, pero no está tan mal y gracias a ti no me duele.

Akemi disfrutó de hacer enrojecer a Yusuke besando sus nudillos sin dejar de mirarlo a los ojos.

—Tengo mucha suerte de tenerte —murmuró sobre su suave y pálida piel antes de besar también el dorso de su mano y después su punto de pulso sobre la parte inferior de su muñeca. Esta vez Yusuke pasó su brazo libre por el cuello de Akemi, aferrándose a su playera.

—Estás exagerando —balbuceó Yusuke.

Pero Akemi solo rio antes de tirar del brazo de Yusuke para besar la parte interior de su codo y luego abrazarlo por la cintura, acercando su rostro al de Yusuke hasta que sus narices se rozaron.

—Claro que no exagero —Akemi frunció el ceño y se acercó a Yusuke para morder suavemente su labio inferior—. No tienes idea de la hermosa casualidad que has sido para mí, no entiendo porqué nunca crees nada de lo que digo —se quejó sobre los labios de Yusuke, y antes de que éste pudiera responder Akemi les dio la vuelta, acorralando a Yusuke sobre la cama.

Yusuke respiraba de forma agitada, mirando a Akemi con el rostro sonrojado y sus brazos fuertemente abrazados al cuello del más alto que se alzó sobre él hasta cubrirlo por completo, acomodándose entre sus piernas y tomando sus brazos para sostenerlo contra la cama, entrelazando sus dedos suavemente.

Akemi se acercó de nuevo hasta que sus labios se rozadon y Yusuke cerró los ojos con fuerza, sus labios temblando y su mano apretando con fuerza la de Akemi que se detuvo antes de besarlo y se alejó.

—Pude no haber vuelto a Japón —contó Akemi, llevando su mano libre para acariciar la mejilla de Yusuke con sus nudillos—, estuve a punto de quedarme en Estados Unidos, estaba harto de mudarme cada cinco minutos y necesitaba un respiro de la vida de Akira —Akemi besó la mejilla de Yusuke cuando el menor por fin abrió los ojos para verlo—, al final por una absurda casualidad terminé arriba del avión de Akira y ya no me permitieron bajar, así llegué a Japón, dejando todo lo que había preparado en Estados Unidos para terminar mis estudios allá.

Yusuke abrió la boca para hablar, pero Akemi, dirigiendo sus ojos a sus labios fue a acariciar el labio inferior de Yusuke con su pulgar.

—Llego aquí y me inscribo a la primera escuela de la que escucho hablar a Akira solo para que deje de molestarme y asisto a clases con la idea de permanecer en el país un mes, decir que lo intenté y volver a Estados Unidos sin importar lo que piense o diga Akira —los dedos de Akemi se pasearon por los labios de Yusuke, su mejilla y terminaron en su oreja, donde acarició tiernamente el arco antes de jugar con el lóbulo entre su pulgar e índice—, pero te encontré, y de pronto no estaba tan seguro de mis planes.

La mano y la mirada de Akemi se dirigen al río rojo que es el largo cabello de la trenza de Yusuke, desatado y extendido al lado de ellos en la cama. Akemi acaricia el cabello húmedo y lo enreda entre sus dedos con una sonrisa.

—De pronto cada cosa roja que veía me recordaba al hermoso cabello del chico con el que compartía mis tardes tirado en el suelo debajo de un árbol —Akemi tomó uno de los mechones de cabello rojo y lo llevó a sus labios para besarlo antes de dejar que se deslizara de entre sus dedos e ir a tomar la otra mano de Yusuke que estaba jugando nerviosamente con los cabellos dorados de la nuca de Akemi y esa mano también la apoyó contra la cama y entrelazó sus dedos—. Fue mera casualidad Yuu, si tu no hubieras existido, si hubieras asistido a otra escuela, si no nos hubiéramos tropezado con el otro aquella tarde yo ni siquiera me habría despedido antes de irme de vuelta a Estados Unidos, no me importaba nadie, no estaba atado a nada, pero al final resulta que estuviste ahí y me enamoré de ti.

El Novio De YusukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora