2||Una vida anterior

6 0 0
                                    

La lluvia creaba un eco ensordecedor al chocar contra la acera de la calle

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La lluvia creaba un eco ensordecedor al chocar contra la acera de la calle. Era difícil ver algo entre las espesas gotas que caían del cielo gris y obscuro.

Usualmente amaba los días así, sin embargo este mantenía un aire problemático. Presentía que algo terrible pasaría pronto.

Estaba en un sueño, o al menos eso deduje al poder verme en tercera persona.

Una casa muy hogareña se posó frente a mí y yo, empapada por la lluvia, me acerqué a ver por la ventana de la casa. El lugar gritaba "hogar" por donde lo vieras, era un lugar cómodo y con una luz cálida que te hacía sentir en paz, en casa.

En la sala pude divisar a una adolescente, de no más de catorce años, sentada en un sofá amarillo. Vestía un pants holgado color gris y un suéter beige igualmente holgado, con el gorro de éste cubriéndole la cabeza.

De pronto, su mirada se desvió hacia la ventana, justo donde me encontraba. Miró con sorpresa a través de ella y se acercó a mirar por el vidrio. Dirigí mi mirada hacia donde ella observaba al percatarme que no me veía a mí y divisé un pequeño gatito blanco del otro lado de la calle.

Al regresar mi mirada al interior de la casa no encontré a la chica. Fruncí el ceño en confusión hasta que la vi cruzar por el umbral de la puerta, dirigiéndose con paso firme a ayudar al gatito.

El viento hizo que su capucha resbalara por su cabeza y, al ver su cabellera, me quedé helada. La mitad de su cabello era de un color rubio oscuro y el resto era igual de blanco como la nieve. Igual a mí.

Me quise acercar a la chica, intentando hablar con ella.

—Oye, niña...

Pero ella caminaba más rápido, tratando de llegar al gatito.

—Ven gatito, te vas a enfermar aquí afuera —su voz era idéntica a la mía cuando tenía su edad, lo que me congeló en mi lugar.

La chica cruzó la calle sin importarle nada, y, como era difícil ver de lejos gracias a la lluvia, ella no fue capaz de ver al auto que se aproximó con velocidad hacia ella. Desgraciadamente, el auto tampoco la vio, impactando fuertemente contra ella.
Un grito desgarrador salió de mi garganta, al tiempo que observé caer el cuerpo de la chica con rudeza contra el suelo. Muerta.

Desperté con la respiración agitada, sudorosa y con un dolor intenso en el cuerpo, sobretodo en la cabeza. Como si hubiera recibido el mismo impacto que la chica de mi sueño.

Salí de mi cama y me dirigí a mi espejo, tomando unas velas de un cajón. Me senté frente al espejo cruzando las piernas al estilo indio, aún tratando de regular mi respiración, y coloqué las velas a mi alrededor, formando un circulo. Ya encendidas me observé mi reflejo, murmurando unas palabras para conectar con alguien que ya no estaba en este plano.

Pecados ZodiacalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora