PRÓLOGO

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DAILA

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DAILA

Meses atrás...

— Leila, hay partido de los Yankees hoy en el instituto...

Dejé las palabras al aire esperando que mi amiga logrará entender lo que quería decir. Escuché que soltó un suspiro ya que sabía el por qué quería ir yo a aquel partido.

— sabes qué permiso a siempre me dan, solo hay que pedirle a tu papá que nos lleve —respondió a través de la llamada.

Me emocionaban los partidos de fútbol de mi instituto ya que era una razón para ir a verlo sin que sea demasiado obvio.

— De acuerdo, le preguntaré a papá y te avisaré más tarde —contesté y colgué la llamada.

Me apresure y tome un baño, me vestí cómoda y al estar lista salí de mi habitación.

Bajé las escaleras y me encontré con mamá en la sala de estar.

— ¿A dónde irás cariño?

— Le pediré a papá que nos lleve a Laila y a mí al instituto, hoy tienen partido el equipo de nuestro instituto.

Seguí mis pasos en camino a la oficina de papa que se encontraba en una habitación de la casa. Al estar frente a la puerta di dos leves toques y esperé a que me respondiera o me indicara que puedo pasar.

— Adelante.

Luego de esa palabra me adentré a la oficina de papá. Él estaba sentado en su silla detrás de su escritorio, siempre estaba en silencio este lugar, a papá nunca le había gustado el ruido en esta habitación ya que se trataba de su habitación de trabajo.

Papá levantó su mirada luego de unos segundos y se percató que era yo quien había entrado.

Realmente las únicas que entrábamos era mamá y yo, no había nadie más que entrara a este lugar además de nosotros.

— Dime cariño, ¿Qué sucede?

Mencionó al darse cuenta de mis intenciones.

— Laila y yo queremos ir al instituto más tarde, queremos ir a ver el partido del equipo de los Yankees.

— De acuerdo cariño, en un rato más las llevaré, avísame la hora y pídele a Laila que esté ella lista también.

Pidió mientras comenzaba a dirigir su mirada nuevamente en su computador.

El era un hombre muy dedicado a su trabajo al punto de que hace un par de años, cuando yo era pequeña, se la vivía en su oficina y falto mucho tiempo de mi infancia.

— Gracias papá

— Ya se me hacía raro verte tan arreglada estando en casa — bromeó mientras sonreía.

A FROZEN HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora