Nimona estuvo todo el rato a un lado de T/n hasta que despertara, hasta que noto el collar en su cuello. Era de un metal demasiado fuerte e incluso vio que las descargas eran más fuertes que antes.
Nimona: Tal vez si... -tomo el collar con ambas manos y con todas sus fuerzas lo rompió- Fue muy fácil...¿porque no lo hiciste antes? Te ves demasiado cansado, incluso está cosa te dejo marcas -arrojo el collar- Estaras bien, ahora estás a salvo, chi...
Despertó abruptamente tomando el cuello de Nimona.
T/n: Tú... -sintio libertad en su cuello, incluso revisó pero ya no había nada- Tú...me liberaste... -la soltó del cuello- ...¿Por qué lo hiciste? Después de estar del lado de...esa mujer...me ayudaste.
Nimona: No es necesario explicarte el porque, estabas siendo controlado por esa malvada bruja, y ahora estas bien.
T/n: Gracias...
Nimona: Soy Nimona.
T/n: T/n.
Fueron interrumpidos por Ballister que llegó justo en ese momento.
Ballister: Vaya, al parecer alguien despertó.
T/n: Ballister -se puso de pie- Lo siento...por...por todo en si.
Ballister: Ey, no te preocupes. Todo queda en el pasado. Ahora necesitamos un plan.
T/n: Cuenten conmigo.
Nimona dió una sonrisa que provoca la de T/n.
___________________________________________
A la mañana siguiente, elaboran su plan muy bien, en secreto volvieron al reino, se escondieron muy bien, para que el plan saliera a la perfección.
Ambrosio: Tenemos que hablar. A solas.
El caballero de armadura dorada se acercó hasta el escritorio de la directora, mientras que los guardias salían del cuarto para dejarlos hablar.
Ambrosio: Ballister, ¿decía la verdad? Pudo haber dicho que cualquiera mato a la reina, pero la nombró a usted. ¿Por qué a usted?
Directora: Sir piel dorada, ¿tu lealtad es hacia este reino o hacía un caballero que congenia con un monstruo?
Ambrosio: ¿Cambió su espada? ¿Usted lo inculpo? ¡Diga la verdad!
La mujer se levantó dando un gran suspiro y empezar a hablar de nuevo
Directora: Desde que era joven, tenía la misma pesadilla. Encontraba una grieta en el muro, gritaba, pero....nadie oía. Y la grieta se hacía más grande y más grande. Hasta que el muro se derrumbaba y los monstruos entraban. Le suplique a la reina que no cuestionara a Gloriana, que no cuestionara lo que nos mantuvo a salvo por mil años. Pero no me escucho. Permitir que Ballister empuñara la espada fue la primera grieta del muro, y ahora.... -teniendo una espada en sus manos- Hay un monstruos en el reino